Capitulo 32
Llegar a Londres vía aérea
muggle, trajo varios inconvenientes a Nick, que tuvo que lidiar con una intransigente
Miley que no tenía intenciones de ayudar con su equipaje y mucho menos
dirigirle la palabra. Pero lo que llegó a colmarle la paciencia fue que la
aerolínea había perdido una de sus maletas… La suya. Para colmo de males,
Londres les daba la bienvenida habitual… llovía a cantaros y la fila de espera
para los taxis era kilométrica. A pesar de la tan "amena bienvenida",
Nick prefirió mojarse hasta los huesos a soportar la cara de pocos amigos de su
esposa. Con que ganas se fumaría un cigarrillo para serenarse. Desde la noticia
de la recuperación exitosa sus padres, había estado callada y taciturna, y
prácticamente había actuado como si Nick no estuviera. Suspiró mientras se
arrebujaba bajo el abrigo. Tenía razón cuando pensaba que al volver a
Inglaterra también volverían los problemas.
Después de una hora, mojado
hasta las medias, un taxi aparcó y junto al conductor subieron las maletas.
Nick se acercó hacia la puerta de acceso donde estaba Miley. Esta lo miró y sin
decir nada, caminó frente a él en dirección a la salida. Nick bufó y refunfuñó
para sus adentros.
- Miley… - Ella no se dio por
aludida – Miley… espera… - Ella abrió la puerta del taxi dispuesta a no
dirigirle la palabra. El la detuvo y la obligó a mirarlo – ¿va a ser así todo
el tiempo?
- No sé a qué diablos te
refieres… – dijo mirando al chofer de taxi.
- ¡Sabes jodidamente bien, a lo
que me refiero! – dijo mordiendo sus labios para no gritar – me gustaría saber
qué diablos fue lo que causó tu cambio de actitud
- No es ningún cambio de
actitud…
- Entonces dame una razón al
menos de por qué… - ella lo interrumpió con un bostezo, dejándole muy claro que
el tema la aburría considerablemente.
- No hay razón… ya te lo dije.
– Nick parecía hervir de la rabia.
- No me vengas con esos
jueguitos psicológicos, de responder con lo que te pregunto, Miley.
- Estás gritando y llamando la
atención… - dijo ella mirando a la multitud que esperaba en la fila.
- Me importa una mierda la
gente... – se acercó – ¿vas a comportarte así de ahora en mas?
- ¿Así como?
- Tu sabes a lo que me refiero…
- abrió la puerta y la dejó entrar, al rato se acomodó a su lado y dándole la
dirección al chofer, movió la mano e insonorizó la parte de atrás – avísame
cuando vas a dejar de ser una maldita malcriada… - Ella lo miró ofendida.
- ¡Yo no me comporto como una
malcriada!
- Eso es… te estás comportando
igual que cuando… - decidió callarse cuando ella lo miró con rabia. No era
momento de recordar viejas heridas. Pero su actitud lo ponía tonto, y si ella
tenía ganas de buscar pelea, ah, bendita sea la muy inocente, porque él era
experto en dar batalla. – solo espero que cuando veas a tus padres hayas
cambiado de actitud…
- O que…. – dijo ella
desafiante – ¿vas a pegarme?
- No me busques Ginevra…
- ¿Ahora ya no soy
"comadreja" verdad? – eso le dolió – sería bueno que le dijeras a mis
padres como me has…
- ¡YA BASTA! – ella lo miró con
los ojos abiertos y con los labios a punto de decir algo mas, pero decidió
callarse. Nick estaba realmente enojado – te voy a pedir encarecidamente que te
abstengas de decir, cualquier cosa respecto de mi a tus padres… y también voy a
recordarte que teníamos un pacto de no agresión hasta…
- ¿Hasta que el año se cumpla
verdad?
- Si estás tan interesada en
que estos últimos meses sean un total infierno, cuenta conmigo para la empresa
Miley… sabes que no voy a dejarme amilanar otra vez por tu maldito
temperamento. Hoy no voy a ser el idiota que hace lo que quieres… si quieres
pasarlo en paz, bienvenida al club y déjame decirte que haré todo lo posible
para que así sea… pero no vuelvas a hacer una escena como la que acabas de
hacer, porque no se hasta cuando mi paciencia puede soportar tu tremenda falta
de madurez…
- ¿Por qué no me dijeron lo de
mis padres? – dijo al fin. La boca haciendo pucheros, Nick la miró y juró que
si no estuviera tan enojado, le daría un beso… esa boca era realmente
provocadora… tanto para el placer como para el dolor – solo era cuestión de que
me lo dijeran y no tendrías que haber gastado tanto dinero para quitarme del
medio – bufó – yo hubiera sabido soportar y…
- ¡Eso no te lo crees ni tu! –
dijo Nick. Ella estuvo a punto de llorar – y no me van a ablandar las lágrimas,
tengo la húmeda experiencia de Cho Chang.
- Bien que te babeabas por
ella…
- ¡Solo dije que era bonita! –
respondió – eso no implica que seamos el uno para el otro. Y ha pasado tanto
tiempo, que ya ni me acuerdo de cómo era…
- Que patético te verías con
ella… - chasqueó la lengua. Nick vio la manera de aligerar la tensión.
- ¿Sabes que cortamos porque
estaba celosa de Demi?…
- ¿Crees que eso me importa?
- Y mucho después se la agarró
contigo… – ella volvió a chasquear la lengua – decía que estabas muerta por mi…
- Miley rió sarcásticamente.
- Si, claro… si no te diste
cuenta, para esa época estaba enamorada de Liam – dijo ella tratando de
lastimar, y aunque Nick no acuso recibo en la cara, le dolió como la mierda.
- Te duró mucho el amor…
- Lo suficiente.
- El te ponía los cuernos –
dijo risueño.
- Ya te dije que eso ya no me
interesa…
- ¿Y si lo supieras en esa
época? – la acicateó.
- Te lo pondré de este modo… –
dijo ella acercándose y mirándolo furiosa – digamos que con lo que tanto se
ufanaba de engañarme, lo hubiera tenido en mis manos… con ayuda de mi varita…
en esa época era muy buena con el hechizo seccionador. Nick sonrió satisfecho
por la respuesta.
- Ella decía que esa relación
era mentira… que en realidad tú estabas loca por mí.
- Como si tu fueras el epitome
de la virilidad masculina…
- ¿No? – dijo riendo – no te
quejas cuando…
- Ya basta… - dijo colorada –
quiero saber por que me quitaron de en medio.
- Para que no te enfermaras… -
ella iba a replicarle pero él no la dejó – estabas a punto de colapsar de los
nervios y el estrés por la ansiedad. Lo consultamos con Neville y él estuvo de
acuerdo en que era necesario mantenerte alejada de la situación algún tiempo…
- Y por eso me mintieron.
- Te ocultamos cierta
información para ser exactos.
- ¡Pero mis padres hace dos
semanas que están bien!
- Yo solo me enteré ayer...
- Si claro – dijo apoyándose en
el respaldo del asiento, y cruzando los brazos.
- ¿Era eso no? – dijo sonriendo
– estabas enojada porque no te dijimos…
- Por que mas me iba a enojar…
- dijo hiriente – ¿por ti? Jajaja, ya te lo dije antes, no te creas el centro
del universo. No bailo al son de lo que tocas… vete adaptando a la idea de que
esta mujer que ves, no será un muñequito mas en tu juego de estrategia para
dominar el mundo, nunca mas… – Nick sintió una punzada en el estómago. Estaba
sucediendo otra vez. Ella estaba empezando a herirlo de la misma manera que
hace cuatro años. Y apartándolo de su vida… solo bastaba esperar cuanto tiempo
le costaría a Miley volver a separarlo de su familia como hace cuatro años.
Dejó de mirarla y se dedicó a contemplar la zona donde estaban. La plaza frente
a Grimmauld place. En un cerrar de ojos ya estaban en casa… suspiró, pero antes
de bajar para ayudar al chofer con las maletas la miró
- Te pido por favor que pienses
lo que realmente quieres hacer…tener este poco tiempo que nos queda juntos en
paz, o la guerra misma. Para lo que decidas, estoy dispuesto a dar el cien por
ciento de mi… no lo olvides.- Y sin decir mas la dejó mirándolo con los ojos
nublados de lágrimas.
La situación entre ambos no
cambio en los sucesivos días que se dieron hasta el encuentro con sus padres.
Miley había reunido todos los regalos que había comprado en el Caribe, y las
fotos que había tomado. Mirándolas rápidamente, añoraba aquellos días, donde
todo era tan simple, donde era despertarse y tener la sonrisa de Nick, sus ojos
cafes , y su cabello alborotado, todo para ella. Suspiró justo cuando él
entraba a la sala para decirle que irían en auto hasta la madriguera. Iba a
preguntar por qué no usaban algún método mágico, pero Nick simplemente le dijo
que a su padre quizás le gustaría revisar el automóvil. Por supuesto fueron en
el de Nick.
Mientras se conducían por la
carretera, iba restregando sus manos, presa de los nervios al no saber lo que
se iba a encontrar… Nick al observarla le acarició las manos, obteniendo a
cambio la mirada de ella y una sonrisa, unida a un apretón de manos que le hizo
saltar el corazón… Merlín, daría el cielo por verla tranquila. Daría la vida
por otra sonrisa como aquella. Pasando Ottery Saint Chadpole y tomando el
camino hacia la casa, Miley comenzó a respirar entrecortadamente. Nick detuvo
el coche en una curva. Ella lo miró angustiada.
- Va a estar todo bien...
–trató de confortarla.
- ¿Como lo sabes? – dijo
secándose las lágrimas que escapaban rebeldes de sus ojos. Él la ayudó dándole
un pañuelo – gracias.
- Solo lo sé… pero creo que
estando así no ayudarás a tus padres… tienes que permanecer serena.
- Como se nota que no son tus
padres… - balbuceó.
- Es como si lo fueran… - dijo
sereno, pero con un dejo de tristeza en la voz. – no son mis padres, pero los
considero como mi familia… lo son. – agregó.
- Nick… lo lamento – encendió
el motor y arrancó – es que son demasiadas cosas, mis padres, como enfrentar a
Demi luego de que…
- Vas a estar bien… y ellos
están bien… solo date el tiempo para asimilar la situación y que ellos se
habitúen. No eres de llorar Miley.
- He llorado tanto este último
año…
- Si, lo se… - la miró – y lo
siento… créeme que siento, todas y cada una de tus lagrimas.
- No es que… - quiso explicarse
pero Nick solo se dedicó a mirar el camino. Las palabras de Nick le llegaron al
alma.
- No digas nada mas… - suspiró
– ya estamos llegando. - El auto aparcó cerca del estanque. Hacía mucho tiempo
que no estaba en su casa. Los gnomos estaban acercándose lentamente hacia el
huerto. Ahora podía ver el trabajo de Demi en el jardín. Varias especies de
flores le daban un toque pintoresco y colorido al terreno que anteriormente
estaba dominado por las zarzas silvestres. Cuanto había cambiado todo allí… y
cuanto había cambiado ella. La última vez que estuviera en su casa, estaba
confundida respecto al hombre que tenía a su lado. Ahora no había dudas, pero
si un gran dolor. Desde el momento de volver a Inglaterra, Nick no había tenido
para con ella un solo detalle, tal como pasara en sus vacaciones. Fue doloroso
darse cuenta que todo aquello no era nada mas que el vano intento por tenerla
alejada de sus seres queridos. Y más doloroso era cuando creía que Nick estaba
llevando a cabo su venganza de la peor manera. La había alejado de todo lo que
ella quería, y la había enamorado de la peor manera… sería muy difícil volver a
la rutina cuando él no estuviera a su lado. Realmente iba a abandonarla ahora
que ella caía rendida a sus pies, como tan bien le prometiera hace ya muchos
meses, cuando ella había entrado a su habitación sin su permiso. Suspiró,
logrando quitarse el cinturón de seguridad sin su ayuda. Abrió la portezuela y
un aire frío la azotó contra el auto. Caminó lentamente por el patio y se paró
en frente de la casa. Era raro volver a entrar. La última vez que habían estado
juntos toda la familia Cyrus, sus padres estaban heridos y el cuerpo de Percy
estaba aun tirado en la cocina. Sacudió la cabeza para no recordar ese fatídico
día. Fue cuando la mano suave de Nick le acarició toda la extensión de su
espalda para darle ánimos. Ella lo miró. Definitivamente la pérdida de Nick iba
a ser el próximo evento doloroso de su vida. Lamentablemente no existía una
poción que lo retuviera a su lado.
- Yo… - trató de aclararse la
voz. El sonrió y le dio un beso en la frente. Cuánto extrañaba sus besos.
- Animo… - murmuró y golpeó la
puerta con el reverso de su mano. Miley dejó escapar un suspiro cuando escuchó
el murmullo característico de sus hermanos gemelos, y la traba de la puerta al
abrirse. Cerró los ojos para que la impresión no fuera de golpe.
- Vaya, enana… - la cálida voz
de Joe la hizo temblar – Al fin llegas… - dijo sonriendo. Nick lo miró y le
hizo señas con los ojos para no hablar de ese tema. Joe carraspeó y le sonrió.
Ella lo abrazó.
- Los he extrañado tanto… - dijo
con voz temblorosa.
- No llores – dijo su hermano
abrazándola – no quiero que mamá te vea en ese estado… ha estado preparando
comida desde que se levantó… y Charlie ya se ha devorado la mitad.
- ¿Hay tarta de melaza? – dijo
Nick asomándose a la sala, tratando de inundar sus pulmones con el
característico aroma de los pasteles de la señora Cyrus. Miley le dio un
codazo.
- Después de cuatro años de
estar en coma, tú te apareces solo para preguntar si hay tarta de melaza…
- ¿Que quieres que le pregunte…
– dijo sobándose el brazo – señora Cyrus que tal el sueñecito que se mandó?
- Idiota – dijo entrando a la
sala. Joe y Nick se abrazaron y rieron de la broma. Demi estaba esperándolos
cerca de la chimenea. Se veía bien, aunque la mirada estaba opaca… sin brillo.
Le sonrió y estuvo a punto de ir a saludarla cuando un borrón de cabello rojo
la distrajo. La señora Cyrus, se asomaba a la sala desde la cocina con su
típico delantal de cocina, y secándose las manos.
- ¿Quien era tesoro? – dijo a
Joe . Miley la miró sin poder creerlo. Estaba de pie, como la última vez que la
vio en ese lugar, más delgada que hace cuatro años, pero con la misma sonrisa
que invitaba a quedarse en casa… tenía tantas cosas para decirle, pero solo se
quedó mirándola, con un nudo en la garganta que no le dejaba hablar.
- Mamá… - solo dijo en un
susurro y tratando de aguantar las lágrimas se adelantó y la abrazó.
- ¡Oh, por Merlín! – dijo la
señora Cyrus abrazando con fuerzas a su pequeña. Le dio una beso en la mejilla
y se separó para verla mejor – estás más hermosa que lo que te recuerdo... –
sonrió - ¡mírate… resplandeces!! Y tienes un tono de piel…
- He estado de vacaciones… -
dijo mirando con reproche a Nick. Este no se dio cuenta, pues estaba abrazando
a Demi.
- Ya lo creo… - - miró hacia la
cocina – ¡Arthur, la niña ha vuelto… al fin! – dijo sonriéndole y acariciando
la lacia melena castaña de su hija. Ah, las lágrimas cayeron sin importar.
Había deseado tanto volver a sentir las manos de su madre acariciándola como en
ese momento.
- Miley… - dijo su padre, y
ella corrió a abrazarlo – me alegra ver lo hermosa que estás… - la miró – ¿y
donde está ese condenado novio tuyo...? – miró a Joe tratando de recordar - ¿Hemsworth?
– Ella sin entender, y luego con sorpresa miró a Joe y él se encogió de
hombros. Luego miró a Demi y ella negó con la cabeza… entendió que había cosas
que sus padres aún no sabían. Cuando ella iba a responderle, la voz gruesa de
Nick la interrumpió.
- Espero que por su integridad
física, esté bien lejos de mi esposa… - Los señores Cyrus miraron hacia la
chimenea al escucharlo.
- ¿Nick? – dijo intrigada al
ver a ese joven tan distinto al que ella vio por ultima vez hace años – ¡Oh,
por Merlín, Nick!! – dijo la señora Cyrus y corrió a abrazarlo. A Nick no le
importó que se le humedecieran los ojos, ella no lo abrazaba así desde la
derrota de Voldemort… recién en ese momento se había dado cuenta realmente
cuanto la extrañaba. Quiso saludar al señor Cyrus con cortesía, pero Arthur le
dio un fuerte abrazo. – Déjalo Arthur, ¡mira está piel y huesos! Si mal no
recuerdo… - lo miró dandole una caricia en el mentón – Pastel de melaza – él
asintió – y después te afeitarás esa fea barba… - él rió. Miley suspiró al
escuchar esa cálida risa. – no te había visto tan delgado desde… ¡desde que
eras niño!
- Eso es culpa de su hija… –
dijo acercándose a Miley y abrazándola. Ella apoyó la cabeza en su hombro – no
me da de comer como usted solía hacerlo…
- Pero… - los padres de Miley,
los miraron contrariados.
- Señora Cyrus… Miley y yo nos
casamos hace unos meses… una larga historia que mas tarde nos encargaremos de
contar… volvíamos de nuestras vacaciones cuando nos enteramos de la feliz
noticia… - Miró a Miley – ¿verdad ratita? – ella asintió.
- Lamento no haber estado para
ayudarles…
- No te preocupes cariño… -
dijo Molly. Miró a su esposo sin entender bien la situación y luego se acercó a
la pareja. – será mejor que se sienten porque sus hermanos ya están devorándose
lo que he cocinado… te sorprenderás de lo bien que cocina Demi… - Miley miró a
su cuñada y esta le devolvió una tímida sonrisa. Rápidamente se acercó y le dio
un fuerte abrazo. Los demás desaparecieron hacia la cocina.
- Como te sientes – dijo al
momento de sentarse y sin soltarse de las manos.
- Estoy bien… no te preocupes –
dijo con una sonrisa en sus labios.
- Como no voy a preocuparme…
Demi tu…
- Miley, estoy bien – suspiró –
fue difícil los primeros días… semanas, pero luego, gracias a tu hermano… estoy
bien – sonrió melancólica – vamos a casarnos antes de navidad…
- Me alegro – Nick se asomó a
la sala.
- Miley ven… - dijo mirándola –
Fred no cree que nadaste con delfines
- Enseguida voy… - él
desapareció.
- Y…
- Todo mal…
- No piensas…
- No creo que él tenga
intenciones.
- Miley… ¿y tu plan? - ella le
apretó las manos.
- No se… he hecho todo lo
posible y aun nada… lo siento no debería estar hablando de esto cuando tu…
- Miley – dijo sonriendo - lo
que me pasó, no digo que sea bueno, pero generalmente pasa en los primeros
embarazos… no se… creo que hay una estadística que dice…
- ¡Demi… escúchate! Estás
hablando de estadísticas cuando…
- Me niego a sumirme en el
dolor Miley… debo estar bien. Joe es muy susceptible a mis emociones y si yo
caigo, mi matrimonio puede derrumbarse… y no quiero perder también a Joe .
- Es comprensible.
- Tu deberías hacer todo lo
posible por retener a Nick, si tanto lo adoras.
- ¿Tanto se me nota? – dijo
algo triste.
- Lo que se nota, es que la has
pasado de maravilla en tu viaje… - dijo riendo Demi.
- Pero… - no pudieron hablar
más porque la señora Cyrus fue la encargada de venirlas a buscar. Tampoco tenía
ganas de hablar del tema. Miley se sentó cerca de sus padres alejada de su
marido. Nick la miraba mientras ella sonreía a sus padres… como le hubiera
gustado ser el causante de esa sonrisa alguna vez. Si eso sucediera sería el
hombre más feliz de la tierra.
Después de intenso almuerzo,
donde hubo bromas, relatos de viajes y una pormenorizada descripción del
tratamiento que sus padres tenían, Miley decidió tomar un poco de aire, y salió
hacia el patio rumbo al estanque. La excusa era ver las bonitas flores que Demi
plantara… la verdad era que Nick la había abrumado una vez mas. El se movía con
tanta soltura entre sus hermanos, entre sus padres. Era uno más de la familia.
A veces se quedaba pensativo, mirando a molly y a Arthur indistintamente y sus
ojos se opacaban. Estaba segura que Nick en ese momento se culpaba de la suerte
de sus padres y de su hermano. Lo sabía tanto como ella lo culpaba en esos
tiempos. Había sido tan cobarde de pasarle la responsabilidad y echarlo de sus
vidas. Y ahora no tenía ni idea de cómo hacer para que él se quedara… su
corazón martillaba de angustia al saber que poco a poco se irían alejando. Nick
sabía tender muy bien los hilos. Todos sus hermanos dependían de él. Desde el
punto de vista laboral, como económico, y emocional. Se sentó en un banco que
Demi había puesto allí, para observar el nuevo paisaje. Se perdió en el
estanque, antes sucio. Al parecer su cuñada si que se había dedicado a
embellecer su casa para sus padres. Unas lágrimas de impotencia aparecieron.
Nick no tenía derecho a tratarla como un estorbo. Ella era lo suficientemente
madura para poder controlar su ansiedad. Ella tendría que haber estado cuando
sus padres abrieron los ojos. Ella había sido la que había sufrido más con esa
situación. Ella había aceptado ese absurdo contrato para salvar a sus padres. Y
a ella la habían dejado de lado, la habían sacado del medio con la excusa de
cuidar su salud. Sus padres de seguro debían pensar que a ella no le importaba
su enfermedad y mucho menos, su recuperación. Cuando más pensaba en eso, mas
rabia sentía hacia Nick. Se limpió las lágrimas con la manga de su abrigo,
cuando un ruido de pisadas en la grama la sobresaltó.
- Recuerdo que… siempre me
gustaba venir aquí, y contemplar el paisaje cuando me sentía un tanto
intranquila… - Miley miro a su madre que fruncía las cejas, como contrariada. –
o eso creo… - rieron
- Mamá, la madriguera nunca
tuvo un jardín tan bonito como este… con tantos varones no dejaban planta en
pie… y los gnomos se encargaban de ellas cuando Fred y George no andaban por
aquí- Sonrió. La señora Cyrus se sentó al lado de su hija y la abrazó. Miley
instintivamente se apoyo en su madre, tratando de absorber su calor. – ¿dónde
está papá?
- Donde crees… – las dos
miraron hacia la entrada de la casa. Nick y todos los varones Cyrus estaban
alrededor del auto, y el señor Cyrus le pedía a su yerno que acelerara para así
ver el funcionamiento del motor… - hay cosas que ni un ataque masivo pueden
cambiar… - Molly sonrió pero Miley estuvo a punto de llorar – no te sientas mal
cariño…
- Es que… todo ha sido tan…
- ¿Acaso no te alegras de estar
con nosotros?
- ¡Claro que si! – chillo.
- Pues entonces cambia esa cara
de tristeza… Arthur y yo no podemos estar mas felices de volver a verlos bien…
- Tienes razón mamá. Soy una
tonta…
- Es raro verte con Nick – dijo
de repente la señora Cyrus.
- Yo también lo creo…
- ¿Que significa eso?
- Nada…
- Al parecer las cosas van
bien, con él ¿verdad?
- Al parecer… -dijo bajando la
voz, algo desganada.
- Pero… algo en tus ojos me
dice que no todo es como parece… ¿eres feliz Miley? – ella no contestó. Su
madre que la conocía bastante suspiró y la abrazó mas – explícame como es que
de pronto estás casada con Nick… - ella dio un respingo – si mal no recuerdo tu
no estabas muy feliz de verlo por aquí… además de tener una relación bastante
seria con ese joven Hemsworth… y de luchar contra todos tus hermanos por el
amor de ese muchacho…
- Ese joven Hemsworth es una
mierda… - dijo apagada – y lo de Nick… bien, solo… sucedió…
- Pero no veo que seas feliz
- ¿Quieres saberlo no es
cierto? – dijo separándose y levantándose del asiento – mira mamá, las cosas
con Nick…
- ¿Lo amas?
- Por supuesto.
- Entonces, por qué estás tan
triste…
- Porque la vida no es tan
hermosa mami… - dijo dolida. Molly se levantó y abrazó a su hija.
- La vida es como una quiere
hacerla hijita – le dio un beso – si tu deseas hacerla hermosa, debes poner de
tu parte… y si tu quieres que ser feliz, pondrías de tu empeño para que eso
suceda. – sonrió.
- No es solo lo que uno puede
hacer o desear… para ser feliz se necesitan dos… y… mamá, las cosas no son tan
fáciles para poder explicártelas ahora… no ahora, ni aquí… quizás mas adelante…
- se calló. Mas adelante los sucesos se explicarían por si mismos. Nick se iría
de su lado. Ella volvería a su vida, y quizás, ni siquiera le quedara el
consuelo de tener un hijo… ese pensamiento le hizo sentir un dolor muy fuerte
en el pecho.
- Quizás sea momento de volver…
- su madre se tomó la frente – aun me canso de estar despierta… - sonrió – es
un efecto de la medicación, al menos eso dijo el joven Longbottom...
- Vamos mamá… han sido
demasiadas emociones para un solo día… - mientras se dirigían hacia la casa,
las dos observaron como los hombres se reían, y admiraban el vehículo de Nick.
Miley miró otra vez a su marido. Su madre dio cuenta de esa mirada de
desesperanza que tenía.
- No pienses que todo está
perdido… deberías…
- Mamá – dijo sonriendo – las
cosas no son tan perfectas… Nick me ha lastimado mucho al no decirme del
comienzo del tratamiento y ni siquiera fue capaz de decirme que ustedes estaban
bien… esas cosas yo no…
- Y por esa tonta razón vas a
tirar por la borda…
- Mamá. – suspiró, ya cansada –
¡yo no me casé con Nick enamorada, y él mucho menos!
- ¿Que? – dijo deteniéndose y
mirando sin comprender a su hija. Miley se dio cuenta que ya no podía callar
mas.
- Yo… yo le hice mucho daño, y
él no tuvo mejor solución para hacérmelo pagar que obligarme a casarme con él… entonces…
- sollozó. Su madre comprendiendo la angustia de su hija la abrazó.
- No estaba en tus planes
enamorarte como una posesa de ese muchacho, ¿verdad? – ella asintió – ¿y él?
- No me ama…
- ¿Eso crees?
- ¡Mamá, todo este asunto del
matrimonio, fue paneado por Nick con el único propósito de vengarse de mi!
- ¿Vengarse de que?
- Ya te lo dije… - dijo cansada
– yo lo acusé injustamente del ataque y de la muerte de Percy… - su madre la
miro con tristeza - y no conforme con eso, obligué a mis hermanos a alejarlo de
nuestra vida… y él me odia por eso.
- Pero no entiendo… no creo que
Nick pueda odiarte tanto como para…
- Créelo madre, el me odia de
veras…
- Quizás te odiaba, o quizás no
sea odio lo que sentía por ti… pero lo que yo creo es…
- No importa… lo único
importante es que Nick y yo tenemos algunos meses mas de matrimonio y luego nos
diremos adiós…
- ¿Eso es lo que quieres?
- Eso es lo que va a pasar
Mamá… - no dijeron mas nada porque llegaron a la entrada. Todos los varones Cyrus
mas Demi y Nick ya habían entrado y estaban disfrutando de un rico chocolate
alrededor de la chimenea. Nick miró a Miley quien trató de poner distancia
entre ellos y se sentó al lado de su padre. Luego miró a Molly que lo observaba
consternada. Bajó la cabeza con desasosiego, dándose cuenta de la realidad.
Miley había comenzado la guerra. Miley había hablado con su madre, y al parecer
estaba ganando aliados muy fuertes para su bando. Suspiró resignado. Si eso era
lo que Miley quería, eso iba a tener. Si ella quería alejarse, él no iba a ser
un obstáculo en su vida. Cuando volvían del Caribe ya había decidido que no iba
a pelear por ella. Estaba cansado de luchar por algo que desde un principio
comenzó mal… ya lo dijo el dicho, pensó mientras bebía chocolate "lo que mal comienza, mal
acaba" y al parecer no
había en su matrimonio una excepción. La miró otra vez mientras sonreía a Demi
que le alcanzaba una taza de chocolate. Deseaba odiarla o guardarle rencor como
antes, pero se dio cuenta que aunque Miley le clavara una estaca en el pecho,
nunca podría dejar de amarla.
- Mi niña – dijo Arthur
abrazando a Miley – que alegría tenerte…
- A mi también me alegra mucho
tenerte papi… - dijo sonriente.
- ¿Te gusta la vida en Londres?
- Claro – dijo ella y luego
carraspeó – es muy entretenida.
- ¿Te trata bien tu marido?
- ¡Cl… claro? – dijo mirando a
Nick que la fulminaba con sus ojos cafes – ¿por… por qué lo preguntas?
- Solo quería saber si debo
tener una charla seria con mi yerno… - dijo sonriendo a Nick. Este suspiró
aliviado.
- No hay necesidad señor – dijo
sereno – si necesitaba una charla… ya es un poco tarde para la de las abejorros
y las flores - Fred y George rieron a carcajadas, mientras Miley se ponía roja
como un tomate.
- Mamá estaba muy cansada –
dijo para aligerar la tensión – sería mejor que fuera a su cuarto.
- Yo quiero seguir viendo el
carro de Nick – comentó Arthur.
- Yo también tengo un auto… -
dijo Miley – no tan lindo como el de Nick, ¡pero es mi auto y puedo mostrártelo
cuando quieras! – y luego pensó "al menos por ahora tengo un
automóvil."
- No hijita, creo que debo
descansar… - los miró – ¿se quedan a dormir verdad?
- Yo… - miró a Nick – ¿tu
quieres quedarte? – él quedó estático. Si le preguntaba por quedarse toda la
vida a su lado él estaba dispuesto. Pero luego bajó de esa nube. Ella solo le
preguntaba por quedarse una noche en la casa de sus padres.
- Solo si tú lo deseas… - dijo
mirándola. Ella se agitó internamente.¿Estaba respondiéndole por quedarse esta
noche o toda su vida? No se hizo ilusiones, y solo le respondió con una
sonrisa.
- Bien, - dijo Joe – porque
tenemos un pequeño problema de cálculos, y queremos discutir entre los
hermanos… y claro mis padres – Demi lo codeó – ah, por supuesto Nick queremos
saber tu opinión…
- ¿Que sucede? – dijo Nick –
¿acaso el tratamiento se alargó y necesitan mas dinero?
- ¡No hijo! – contestó el señor
Cyrus –no necesitamos nada de dinero… y quiero que sepas que todo lo que has
gastado en nosotros, te lo pagaré – Nick bufó.
- Señor Cyrus…
- No voy a aceptar…
- Papá… la deuda está saldada.
– dijo Miley nerviosa.
- ¿Como hicieron para pagarla?
¡eso es mucho dinero!
- Bueno… - miró a sus hermanos
– eh… - miró a su madre que bajó la cabeza. Nick entonces no tuvo dudas, Miley
estaba moviendo sus piezas… - Joe trabaja con Nick y una parte de nuestros
sueldos va a parar a una cuenta de Nick.
- Me alegra oír eso – dijo
Arthur – pero me gustaría… - Nick lo interrumpió.
- Si no es dinero lo que
necesitan – dijo serio - ¿Entonces que sucede?
- Es que… verás, el ministerio
nos ha cedido toda esta semana un auto para trasladar a mis padres hasta San
Mungo donde hacen los ejercicios de rehabilitación.
- ¿Y ahora los muy perros les
han quitado el beneficio? – dijo Nick ofuscado – no pueden ser mas hijos de… -
Miley lo miró alarmada. Nick estaba teniendo uno de esos arranques donde
comenzaba a insultar a medio mundo y luego rompía algún objeto de decoración
que pudiera encontrar o algo que tenía en las manos. Rápidamente se levantó y
se acercó a su marido. Le tomó las manos, justo cuando Nick levantaba el tazón
de chocolate e iba a lanzarlo contra la chimenea. El la miró y ella le suplicó
que se calmara, para luego mirar a sus padres. Y él comprendió – lo siento… -
dijo susurrando. Miley sonrió tímidamente y se sentó a su lado. El la abrazo. –
bien – miró a su familia que le sonreía – ¿cual es el plan?
- No tenemos ninguno…
- ¿Como que no tienen ningún
plan? algo debemos hacer…
- Podemos llevar a papá y mamá
a pasar unos días en Grimmauld place, Nick – dijo Miley sonriente. Nick no
estaba muy contento con esa solución. Si Miley no quería seguir a su lado la
casa sería un infierno y él no quería que los Cyrus pensaran que era un mal
marido.
- No hijita – dijo Arthur
salvándolo – el tratamiento es largo y no podemos abusar de la hospitalidad de
Nick, y la tuya por supuesto que eso no es discutible cariño – agregó, al ver
que Miley iba a protestar.
- No sería ningún problema
señor Cyrus… – dijo avergonzado. Desear no tenerlos en su casa por una cuestión
egoísta lo hizo sentir como una mierda.
- Entonces…
- Debemos buscar la manera de
que alguno de nosotros los lleve todos los días al hospital.
- Pero todos trabajamos – dijo
Miley – y no tenemos tiempo para… - miró a Nick. – Está bien, yo lo haré…
- Pero – dijo Arthur – hijita,
tu también trabajas como acabas de decir… y no quiero ser una molestia.
- Quiero que entiendas que
ustedes nunca serán una molestia para mi ni para Nick – dijo apretando las
manos de su marido. Este asintió enérgicamente – lo que hago es porque bueno…
quiero que ustedes se recuperen lo mas pronto posible – miró a su hermano –
pronto Joe y Demi se casarán y se irán… aunque luego yo… - bajó la mirada. Iba
a decir que no importaba porque antes de eso ella volvería a la casa, pero se
calló.- Yo renunciaré a mi trabajo.
- ¡Pero a ti te gusta trabajar!
– dijo Demi.
- Exacto… no lo hago por una
necesidad… Nick puede hacerse cargo de mi – lo miro – ¿verdad? – él sonrió.
- Siempre te dije que sería
mejor que no trabajaras… no lo necesitas… y si, puedo hacerme cargo de ti, si
tu así lo quieres… - "si
quiero que te hagas cargo de mi, que me ames y que nunca me dejes… pero se que
eso es imposible."
Las semanas y los meses pasaron
como un remolino de viento… el frío invernal le dio paso a una florida
primavera y a un cálido verano… Miley pasaba el tiempo entre su casa y la
madriguera. Estaba más unida a sus padres y cada viaje era una nueva
experiencia. Nick le había prohibido manejar todo el tiempo así que su pequeño
minicouper, descansaba en la madriguera. Ella volvía a casa a través de la
chimenea. Nick siempre estaba en casa a su regreso, trabajando en su despacho o
disfrutando de una copa con Remus o Joe . La relación no era tan idílica como
antes, pero al menos no había discusiones frecuentes.
Esa noche después de dejar a
sus padres, decidió tomar el carro y volver a Londres por carretera. Tenía
mucho que pensar. Había pasado el tiempo y la noticia que tanto había deseado
que sucediera, y por la que ya se había dado por vencida, llegó así,
sorpresivamente, como cuando llega una fresca lluvia después de una agobiante
día de calor. Con que ilusión había despertado hacia unos meses y había notado
la falta. Decidió ese mismo día, aprovechando que llevaba a sus padres al
hospital hacerse los análisis pertinentes… y estos dieron positivo. La única
que lo sabía era su madre. Y esta rebosaba de felicidad. Recordaba el calido
abrazo de su madre y sus palabras…"esto es un mensaje Miley... es un
mensaje que te dice que aun hay esperanzas para Nick y para ti". Ella había llorado tanto ese día… si
tan solo las palabras de su madre fueran ciertas… pero aun sabiendo esa
extraordinaria noticia, no tenía esperanzas de que todo terminara bien en su
matrimonio. Nick se mostraba demasiado formal. Solo se había desbandado la
noche del cumpleaños de sus hermanos gemelos, ese sábado de principios de
abril, cuando medio ebrio, la había seducido de la manera más intensa y
lujuriosa…
"No supo esa noche,
como Nick aceptó que ella manejara. El cumpleaños de sus hermanos más bromistas
había sido organizado en un bar de las afueras de Londres y Nick como nunca,
desde hacía bastante tiempo, había bebido más de la cuenta. Tampoco supo la
razón por la que su esposo había comenzado a beber, pero a la hora del regreso,
tuvo que ponerse seria y decirle que no permitiría que él manejase en esas
condiciones, pidiéndole enérgicamente las llaves del auto. Nick apenas la miró,
sus ojos estaban algo rojos, y vidriosos, pero lo hizo tan intensamente, que
logró hacerla estremecer. Joe lo ayudó a subirse a su automóvil y luego ayudó a
Miley.
- ¿Estás segura que podrás con
él? – preguntó algo temeroso. Miley miró a su hermano y sonrió.
- Joe , nunca ha estado ebrio
ante mi, pero no creo…
- Remus me dijo que en algunas
ocasiones suele ponerse violento…
- ¿Y tu crees que esa
"alguna ocasión" puede ser hoy? – Sonrió – Tranquilízate hermano,
puedo manejarlo.
- Miley… en verdad…
- Joe - dijo serena- deja de
fastidiar… quiero llegar a casa. Ya estoy molesta porque este idiota se
emborrachó, ¿ahora tendré que aguantar tu sermón?
- solo espero que no tengas
problemas… Acaso no tienes…
- ¿miedo? – rió – No
creo que se ponga violento… - miró a Nick, que trataba de ponerse el cinturón
de seguridad sin éxito. – Es más seguro que se duerma antes de llegar.
- Ni lo sueñes… – dijo Nick
bufando – tengo otros planes… y tu estás implicados en ellos – dijo con una
sonrisa picara y acariciándole la cara.
- Mucho cuidado como te
comportas Jonas – dijo Joe serio.
- Si papi… - dijo chasqueando
la lengua.
- Descuida Joe , todo estará
bien – dijo. Le dio un beso a su hermano y subió al auto.
- ¡Adiós Ro- Ro! – dijo Nick,
arrastrando la ere. Miley sonrió al recordar el mote dado a su hermano por la
psicópata de su novia Lavender… sintonizó la radio del coche. Que felicidad.
Era la primera vez que Nick la dejaba conducir su espectacular máquina. Aunque
no todo era tan bonito, en especial cuando la marcha se trababa un poco porque
el embrague era mas duro que el de su mini, y eso hacía que al acelerar diera
un sacudón brusco.
- Por Merlín mujer – Balbuceó
Nick con voz ronca – ¡vas a quedarte con la palanca de cambios en la mano! –
rió, y soltándose de su cinturón se acercó al asiento del conductor.
- ¡Ponte el maldito cinturón
ahora! – dijo dando una frenada. Nick se golpeó la cabeza con el espejo
retrovisor
- ¡Maldita sea! – Chilló
tomándose de la cabeza – ¿quieres matarme?
- ¿Acaso yo tengo la culpa de
que te pongas borracho como una cuba? ¿Por que te quitas el cinturón de
seguridad?
- Quiero darte un puñetero beso
– Miley tenía tantas ganas de reírse, pero se aguantó debido a la cara de dolor
de Nick.
- Ponte el cinturón… - dijo
suavemente.- Nick la miró y sonrió
- No quiero…
- Nick…
- No quiero – se acercó y le
dedicó una mirada sexy y caliente. Miley tragó saliva – ¿recuerdas lo que
hicimos la ultima vez que estuvimos en un coche?
- ¿Ir a la casa de mis padres?
- No, ratita… – Miley arrancó –
Me refiero a la noche de Navidad… – Miley miró por el espejo retrovisor, para
evitar la mirada ardiente y ebria de su esposo – Estabas demasiado entusiasmada
por agradecerme el regalito…
- Nick… por favor…
-Tranquila – dijo mirando hacia
la calle – no te voy a follar aquí… - rió – no quiero arruinar la tapicería –
ella movió el volante, y lo hizo golpear la cabeza en el vidrio.
- Eso es por tu vocabulario –
dijo seria, aunque la idea e estar en los brazos del su hombre la tentaba… y
mucho.
- Perra… - Se miraron, y luego
rieron. Un semáforo en la calle los hizo detener. Nick se acercó y metió su
mano bajo la falda del vestido – que suerte que te pusiste vestido esta noche…
- le besó la mejilla y con su lengua atrapó el lóbulo de la oreja. Miley
esperaba que de un momento a otro el semáforo le diera el paso, pero al parecer
ese maldito semáforo estaba complotado con su marido. La mano de Nick recorría
el muslo y se detenía en el elástico de las bragas – Será mas fácil follarte
cuando volvamos a casa… ¿tienes ganas?
- ¿que?
- Si tienes ganas de follar…
porque yo estoy a mil por meterme en… – el semáforo dio el verde y ella salió
disparada por la calle antes de escuchar el resto de la respuesta. Si tenía que
se honesta, la respuesta sería " ¡si, seguro!", pero ahora que estaba
ebrio, no estaba tan convencida. – yo estoy que me muero por echarte un polvo…
uno de esos que te hacen sudar el alma… muy largo y luego correrme como desgraciado…
dentro de ti… tal como me gusta…
- ¿tienes que ser tan duro? –
dijo con una voz demasiado aguda. La idea la ponía cachonda, pero tenía que
pensar que Nick no estaba en sus cabales.
- Si, muy duro – dijo tocándose
la entrepierna.- ¿Quieres comprobarlo?
- ¡No me refiero a eso! – dijo
chasqueando la lengua. No podía creer el tópico de conversación que estaban
teniendo. – Me refiero al hecho de que hablas como si fueras un marinero.
- ¡Lo siento señorita
remilgada! – rió. Ella no dijo mas nada. Estaban llegando a la casa – no me has
respondido.
-¡No voy a responder a esa
pregunta tan grosera!
-Lo siento, perturbe a tus
hermosas orejitas... Tendría que haber sido un poco mas sensible… - dijo con
sarcasmo – quizás si te dijera… que quiero anclar mi barco en tu puerto muchas
veces…
- ¿quieres callarte? – dijo
riendo. Entró al parque de la casa. Instantes después estaba caminando por el
camino de grava – será mejor que le diga a Dobby – abrió la puerta – que te
prepare un… - no alcanzó a decir lo que quería decir. Nick la tomó por las
caderas y la acercó a su cuerpo mostrándole cuan ciertas eran sus declaraciones
anteriores.
- ¿Lo sientes?¿Te das cuenta lo
que provocas con una sola de tus miradas? – Dijo acercando su boca a su cuello
– quiero follarte… duro... quiero hacerte gritar… y gemir y volverte loca – le
mordió la base del cuello y luego le pasó la lengua.- y luego quiero que me
pidas mas… – Ella tembló, y él sin esperar que dijera nada, la besó, duramente,
su lengua trataba de meterse a su boca, y ella sin poder reaccionar lo dejaba
hacer. Un segundo le tomó acoplarse al deseo de Nick y aceptarlo. Las manos
subieron desesperadas a su cuello y revolotearon por el cabello oscuro. Las
manos de Nick se amoldaron a sus nalgas y la acercó mas, haciéndola gemir…
Entraron a la casa dando trompicones, la tiró al sofá sin ninguna delicadeza, y
sin siquiera detenerse a desnudarla, la montó, fue la primera vez que Miley
experimentó el sexo sin preliminares, fue rápido, duro y estimulante, el
orgasmo la tomó de sorpresa y Nick con un susurro ronco, se corrió de la misma
manera, dando dos suspiros profundos.
- Nick… - solo pudo decir,
sofocada por la pasión y el peso muerto de su esposo.
- Eso fue de lo mas excitante
que he vivido en mi vida – dijo tratando de serenar la respiración… yo…
diablos… sabes tan bien… - Nick se quedó ahí quieto, tratando de controlar la
respiración, una, dos, tres veces… y no fue capaz de decir una palabra mas
porque sin que Miley se diera cuenta se quedó completamente dormido sobre el
cuerpo de su esposa. Miley tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para salir de
debajo de su cuerpo, y acomodándose la ropa, encontró una suave manta, lo tapó
y lo dejó dormir ahí mismo… Esa noche se había puesto una ropa muy bonita…
dispuesta a seducir a su esposo, y todo había sido tan rápido, inesperado,
intenso… perfecto… pero a fin de cuentas así era Nick – Mirándolo
detenidamente, le acomodó el cabello, quitándole los anteojos de la cara, y
dandole un beso en la frente, lo dejó. No podía decir que no estaba satisfecha.
Amaba a su marido y de cualquier forma que la tomara, ella era feliz... aunque
esa noche fue bastante rara… se durmió anhelando las caricias que Nick le
dedicara cada vez que la pasión se serenaba…era tan tierno, y esa noche en
particular había sido tan brusco… tan distinto."
Y desde esa noche, solo fueron
contadas las noches que durmieron en el mismo cuarto. Suspiró, mientras
manejaba y con la mano libre acariciaba a su hijito, que ya daba muestras de
estar creciendo. Tantas noches de ardiente pasión en las vacaciones,
pretendiendo quedar embarazada, y resulta que la noche menos pensada, con su
marido borracho y follando rápidamente, sin desvestirse sobre un sofá, pudo mas
que cualquier noche de sensual armonía entre sus cuerpos.
El teléfono sonó repetidamente,
y aparcando en la carretera contestó presurosa. Era Nick.
- ¿Se puede saber donde estas?
- Eh... voy camino a casa…
- No te lleva mucho tiempo,
hacerlo por la chimenea.
- No voy por la chimenea...
- ¡Ya lo creo, pues estoy
frente a la chimenea y no veo ninguna señal de fuego verde que me indique que
estás utilizando, como todos los días, la puñetera chimenea! – dijo enojado.
- Cuida tu lenguaje Nick – este
bufó.
- ¿y bien?
- Vuelvo en el coche…
- No habíamos quedado…
- Necesito el coche para el fin
de semana.
- ¿Para que?
- ¿Que te importa? – dijo
cansada.
- Todo lo que tu haces me
importa… no lo olvides… - dijo con voz grave.
- Mira Nick, no estoy para uno
de tus tantos sermones acerca de la responsabilidad… para ser honesta no me
encuentro muy bien en estos momentos…
- ¿Te sientes mal? – dijo
cambiando la voz de un tono de molestia a otro de preocupación – dime donde
estas, y voy a buscarte…
- No es necesario…
- ¡Y entonces por qué carajo me
dices que estas mal!
- ¿Por qué te enojas si tú eres
el que me llama y retrasa mi llegada?
- ¡Porque estamos esperando a
por ti!
- ¿Quienes?
- Remus, Tonks, tu hermano su
mujer y Teddy… Por si no te acuerdas, tu los invitaste… y si alguna cosa te
hizo perder la memoria, recuerda también que fue para celebrar mi cumpleaños…
- Diablos… yo, con esto de mis
padres…
- Lo supuse… te olvidaste de la
cena…
- No es eso…es solo…
- ¿Sabes que? Mejor lo
olvidamos… les diré que tu no vendrás
- ¡Estaré allí muy pronto!
- No te preocupes, no te
esperaremos a cenar…
- ¿Sabes que Nick? No vas a
hacerme sentir culpable… tengo demasiados problemas. ¿Y sabes otra cosa...?
¡Vete a la mierda! - y colgó. Estaba ofuscada, con nauseas y el muy idiota se
enojaba. Apoyó la cabeza en el volante y respiró profundamente. Quizás así el
malestar pasaba. el teléfono volvió a sonar – ¡Ya voy! – gritó ella al atender.
- ¿Quien es la que tiene que
cuidar el lenguaje ahora?
- ¡Y ahora que rayos te ocurre!
- Solo quería saber si vas a
volver a casa, antes de que me dejaras sordo de un oído.
- ¿Por que crees que no voy a
volver? – dijo exasperada – ¡te dije que estoy de regreso!
- Entonces te esperaremos… -
Miley tuvo ganas de insultarlo otra vez, pero se mordió la lengua - no se que
te sucede que pierdes la paciencia tan rápidamente…
- ¡Tu me sucedes! – chilló y
luego colgó. El teléfono volvió a sonar pero esta vez no contestó, puso el
volumen de la radio bien alto y se olvidó del teléfono, puso la marcha y salió
nuevamente a la carretera.
No tardo más de veinte minutos
en llegar. Nick la estaba esperando al frente de su casa, paseándose de un lado
para el otro. Ella sonrió, aunque luego puso cara seria. Y acarició nuevamente
a su bebé. Si Nick la amara como ella lo amaba a él, sería un estupendo regalo
de cumpleaños… la tristeza la invadió al recordar la negativa de Nick a tener
un hijo. No, esa noticia podía guardársela unos meses mas… todavía el embarazo
si bien ya comenzaba a evidenciarse, no era tan notorio… apagó el radio y
lentamente bajó del carro dejándolo aparcado en la entrada. Nick detuvo su marcha
alocada cuando la vio doblar por la plaza. Respiró suavemente, al verla bajar.
Cuando ella se acercaba, pasó por su lado sin siquiera dedicarle una sonrisa.
El maldijo y antes de que ella abriera la puerta, la tomó del brazo y la apretó
contra la puerta.
- ¿que haces? – dijo ella
jadeando.
- Si te compraste el maldito
teléfono es para comunicarte, no para que me cuelgues en mis narices... – dijo
acercando su cara al rostro pecoso de su mujer. La olfateó.
- ¿Crees que he estado follando
con alguien?
- No… - dijo y las ventanas
nasales vibraron de rabia – solo quiero sentir tu aroma… ¿acaso no puedo? – A
Miley se le aflojaron las piernas. El, aprovechando su debilidad la apoyó
contra la puerta y la besó duramente, como castigándola. Ella al principio se sorprendió
pero luego tuvo la sutileza de gemir, sabiendo que Nick al escuchar esa especie
de rendición, ablandaba el beso, y se dedicaba a desesperarla con su lengua y
sus labios. La puerta se abrió de golpe casi haciéndola caer. Solo los brazos
de su marido la detuvieron de una caída estrepitosa. Joe los miraba sin poder
creerlo.
- ¿Tienen que hacerlo afuera,
para que los vean todos los vecinos? – se separaron lentamente sin dejar de
mirarse.
- Feliz cumpleaños, Nick… –
dijo susurrando. El le besó la frente.
- Que sea la última vez que me
desobedeces… - le dio un beso en la mejilla y luego agregó en su oído, para que
Joe no escuchara – mas tarde la seguimos… como a mí y a ti nos gusta - y
sonrió. Y Miley murió de amor por él. Entraron a la casa y saludaron a los
presentes.
- Pensé que ya estaban dando un
espectáculo más bochornoso…
- Cállate Joe - dijo Nick
ayudando a su esposa a ponerse cómoda – ¿una copa? Ella iba a aceptar pero
luego recordó que en su estado no podía.
- Yo, solo quiero jugo de
calabaza.
- ¿No vas a celebrar mi
cumpleaños?
- No… solo quiero zumo si no es
mucha molestia – Demi la miro fijamente y luego intercambio miradas con Tonks…
esta sonrió satisfecha.
- ¿Ni una copita de champagne
Miley? – Ella miro a sus amigas que la observaban con picardía. Se puso roja –
no puede hacerte mal…
- ¿No verdad? – dijo sonriendo
nerviosamente y mirando a Nick que no entendía nada – está bien – le saco la
copa de la mano y la bebió de golpe.
- Se suponía que debías brindar
por mi cumpleaños.
- Salud – dijo sonriente y
devolviéndole la copa - ah, y feliz cumpleaños – él arqueó una ceja, y cuando
iba a preguntarle, JOE la salvó llevándoselo al despacho. Pero de lo que no la
salvó su querido hermano, es de las miradas interrogantes que sus amigas le
dedicaban.
- Y bien – la atacaron las dos
mujeres – ¿hay algo que debas contarnos Miley?
- No creo – dijo nerviosa
mirando como su esposo desaparecía cerrando la puerta. Suspiró – El plan dio
resultado… - sonrió feliz. Ellas le devolvieron la misma sonrisa.
- ¿Vas a decírselo?
- Nunca... – las miró y ellas
la abrazaron. La demostración de cariño y respaldo por parte de sus amigas
aligeró un poco la carga y casi se puso a llorar.
- Sería un buen regalo de
cumpleaños para ese cascarrabias – dijo Tonks, acomodando a Teddy en su regazo.
Demi la miraba con melancolía.
- No lo quiere… - dijo triste.
- ¿Te lo dijo?
- No pero…
- Díselo Miley – dijo Demi – y
trata de construir una familia… ser felices… Merlín sabe que Nick lo necesita
tanto… - suspiró.
- Hoy no voy a decírselo, Demi…
necesito mas tiempo… aun quedan algunos meses para que nuestro trato termine… y
quiero tomarme ese tiempo para meditar y ver si Nick… - la miró.
- Ok – dijo ella desganada.
- Lo siento – acotó, dándole un
apretón en la mano de Demi. – yo aquí tratando de arreglar mi vida y tu… ¿como
te sientes? Te juro que no fue mi intención quedarme embarazada - Ella sonrió
tímidamente.
- La vida pasa Miley, no te
detienes a ver si tus actos le caerán bien o no a las demás personas… - sonrió
- además, yo no me he negado aun a la idea… Joe y yo queremos darnos un tiempo
mas para nosotros... – sonrió – tu sabes, hacer un viaje, relajarnos… pasar
tiempo de calidad como pareja…
- Es tan... – dijo
- ¿Tú pasaste tiempo de calidad
con tu pareja Miley?
- ¡Ya lo creo! – dijo sonriendo
de oreja a oreja.
- ¡Y veo el resultado…! – dijo
Tonks dandole una palmadita en el estomago. Las demás rieron.
- Ok – dijo serena – Mañana iré
a comprar algo de ropa para cuando…mamá me acompañará… tratará de venir a
través de la red flú.
- ¿Pero ya puede hacerlo?
- Si, Neville ya le dio
permiso… con la varita aun tiene algunos inconvenientes, pero ya se siente
confiada para volver al mundo mágico.
- Como dice Neville – agregó
Demi – esto es un paso a la vez – Se tomaron de las manos y miraron hacia la
biblioteca donde los hombres volvían y Dobby anunciaba que la cena estaba
lista. – y no te preocupes por tu secreto… lo guardaremos hasta que tu creas
conveniente anunciarlo – Miley les sonrió y no pudo responder nada mas porque
Nick se acercó hacia ella la tomó de las manos haciéndola levantar, y
abrazándola a su partieron hacia el comedor. Miley suspiró. Si tenía que pasar
los últimos meses con su esposo, trataría de que haya al menos paz, y si,
aunque no quisiera, llegara el momento de la despedida, al menos le quedaba el
consuelo de su hijo, y el recuerdo de aquellos momentos en que fue realmente
feliz.
******
Decir que los cinco meses
previos a la fecha de caducidad del contrato fueron tranquilos sería mentir
completamente. Nick estaba molesto por la actitud de Miley. No quería ni
siquiera estar cerca de él, y mucho menos pasar las noches juntos, y recomponer
de a poco lo que había perdido una vez que Miley se enterara de la triquiñuela
hecha para distraerla. Nick tenía la intención de utilizar todo el tiempo que
le quedaba para tratar de que Miley no quisiera separarse de su lado. Pero su
esposa sin que él pudiera hacer nada al respecto, se alejaba, y eso lo ponía
frenético y malhumorado. Miley no comía en la cena y mucho menos tenía interés
de una conversación. Tampoco desayunaba, según Dobby, no tenía apetito, y se
encontraba indispuesta; es decir que la mayor parte del tiempo se la pasaba
encerrada o en la casa de sus padres. Ya casi no tenían tiempo para sus charlas
y desde hacía un tiempo, había comenzado a aborrecer el chocolate, por lo que
el único momento en que ellos compartían algo de vida matrimonial, era solo un
bonito recuerdo. Ni que hablar de las noches. Ella directamente lo abordó una
hora antes de ir a dormir y le explicó tranquilamente que ya no compartirían la
cama… ¡y de lo otro menos! Contó hasta cien antes de insultar a los mil
demonios, pero entendió que si ella quería una separación paulatina hasta la
finalización del contrato, se la daría. Por esa razón algunas noches de la semana
llegaba tarde a Grimmauld Place. Se la pasaba jugando con su ahijado Teddy, o
visitando a Neville con su nuevo bebé… cualquier cosa antes de regresar a su
casa, donde lo esperaban las frías sábanas de su enorme cama como única
compañía.
Miley por su parte sufrió los
primeros meses de gestación como el común de las embarazadas. Vomitó todo lo
que podía y más… sufría mareos casi todo el tiempo, y se encontraba pálida e
inapetente. Las nauseas eran lo que mas detestaba. Su madre le ayudó a ocultar
el embarazo, mediante un sencillo hechizo, que creaba una falsa ilusión de un
estómago bien plano. A decir verdad, no lo necesitaba, puesto que su vientre no
crecía mucho. Y en opinión de Tonks, el bebé iba a ser tan pequeño y escuálido
como lo era su padre antes de dar el "estirón", Miley agradecía eso
al menos por ahora. Aunque la mayor parte del tiempo suspiraba a cada instante
fantaseando como sería su hijo, y deseando más que nada en el mundo, que Nick
lo quisiera. Trataba todas las noches de darse coraje para confesárselo, pero
Nick estaba todo el tiempo de mal humor y casi nunca encontraba la oportunidad
de revelarlo. A esas alturas, pensaba que Nick se enteraría cuando ella tuviera
los síntomas de parto. Algunas veces lo extrañaba horrores, más cuando llegaba
la hora de dormir. Desde hacía dos meses no compartían la cama, y mucho menos
se embarcaban en una noche de pura lujuria. Miley tenía miedo que el hechizo
que la ayudaba a esconder a su bebé, se rompiera al estar poco concentrada en
esconderlo, y si en disfrutar de las caricias de su esposo. Aun recordaba la
cara de Nick cuando se lo comentó. Desde ese mismo día, casi ni se hablaban.
Suspiró. Apenas un saludo al desayunar, y otro al llegar a la cena, luego
trataban de evitarse…o al menos Nick lo hacía y tampoco lo escondía. Y lo más
doloroso, era que, desde hace un mes, algunas veces él no volvía temprano a
casa… Y ella lloraba… lloraba y lloraba, tratando de no pensar que Nick
comenzaba a engañarla y a olvidarla antes de lo previsto…
La mañana en que cumplían el
primer año de matrimonio, Miley se levantó rápidamente, se dio un rico baño de
espuma y bajó a desayunar con la esperanza de encontrar a Nick en el comedor.
Lamentablemente él ya se había marchado hace rato. Dobby le dijo que tenía un
encuentro muy importante en su empresa y que desayunaría allí. Desanimada,
estaba a punto de rechazar la suculenta mesa, cuando Demi apareció en la casa.
Estaba muy contenta y llevaba en la mano un álbum. Miley la saludó tratando de
sonreír, y le pidió que la acompañara a desayunar.
- Estuve ayer tratando de
llamarte – dijo Demi, sirviéndose solo una taza de te – no mas que esto, porque
estoy haciendo dieta.
- Estás muy delgada.
- Si pero la boda… será a
principios de diciembre… mira el álbum que me mandó Paul… ¡estos bosquejos
están geniales para la decoración del salón!
- ¿Estarán aquí para Navidad,
verdad?
- Claro… - la miró – ¿Cómo te
encuentras?
- Nerviosa… hoy… de hecho
anoche…
- Lo se… - sonrió – es
imposible creer que haya pasado solo un año, ¿verdad? – Miley asintió – Pasé
por la casa de tu madre – Miley la miró – Y está tan contenta… me ayudará con
la preparación de la boda.
- Es algo muy bueno para ella…
- Y tu padre está contento,
porque… - la miró – ¿lo sabes no?
- ¿Que?
- Nick…
- ¿Qué sucedió?
- El habló con tu padre… y
bueno… - bajó la mirada – le regaló un coche.
- ¿Que?
- Pensé que lo sabías… - dijo
apenada – no quiero causarte un mal momento...
- Por que…
- Bueno, habló con Neville y él
le dio permiso a tu padre para realizar algunas cosas… que no requieran magia.
– rio – Nick le preguntó que quería hacer entonces, y tu padre le contestó que
te veía algo cansada de ir y venir para llevarlos a San Mungo.
- ¡No estoy cansada por eso! –
resopló.
- Lo se, pero tu padre no lo
sabe y tu madre no podía decírselo… tu sabes que tu padre no se quedará callado
y guardando el secreto mucho tiempo…
- ¿entonces?
- Solo es un coche muy bonito,
para nada peligroso… tu padre lo adora… - Miley asintió desganada. Ya ni
siquiera la distracción de sus padres tendría. Suspiró. Al menos aun tenía a su
bebé. – ¿que vas a hacer Miley? - ella levantó la mirada, para encontrarse con
la brillante expresión de su amiga – el contrato… anoche a las cero horas, el
contrato vinculante perdió su efecto… y…
- Yo… - se levantó – quería
hablar con Nick esta mañana, antes de que se fuera a trabajar, pero salió
temprano… en fin… – se limpió la boca con la servilleta algo nerviosa – voy a
buscarlo a la empresa y a decírselo… y esperar a cual va a ser su respuesta.
- ¿Vas decirle lo del bebé? –
Miley asintió – ¿cuando?
- Ahora… - dijo llegando a la
sala y subiendo la escalera – voy a cambiarme y voy a buscarlo en la empresa…
le diré que vamos a tener un bebé y que si le parece bien… podemos seguir
casados hasta que, bueno, hasta que sea…
- Adorará la idea… créeme –
dijo Demi con ilusión.
- No estés tan segura…
- ¡Entonces vas a encararlo y
decirle que lo amas y que tendrán un bebé!! – dijo contenta.
- No, solo le diré lo del bebé…
- ¿No vas a decirle que lo
amas?
- ¡No! – dijo dándose vuelta
con brusquedad – no voy a decírselo… hacerlo sería regalarle la ultima arma
para que me tenga a sus pies… y tu sabes lo que juró hacer cuando yo estuviera
completa y absolutamente enamorada de él. Va a dejarme… ahora no puedo pensar
solo en mi infelicidad Demi, tengo que pensar en el bienestar de mi hijo…. Y si
eso implica un matrimonio sin amor por parte de Nick… yo puedo amar en silencio
por los dos…
- Serías infeliz…
- No, sería feliz, porque
tendría a mi hijo y a Nick… no su amor, pero al menos me conformo con tenerlo a
mi lado.
- Estás equivocada… Miley,
Nick…
- No me hagas perder el tiempo
por favor – dijo al final de las escaleras y mirando a su amiga – ¿me
acompañas? aun necesito que alguien me apuntale por si las cosas no salen como
espero.
- Sabes que siempre estaré
contigo… - sonrieron – pase lo que pase.
- Gracias – y desapareció por
el pasillo.
La mañana de Nick no comenzó
con el pie derecho. La señora Rowling no había podido llegar al trabajo, y
tenía que atender personalmente los llamados y chequear la agenda. Estaba
apunto de lloriquear como una mariquita cuando Remus lo encontró, a punto de
desfallecer de inanición. Encargaron un suculento desayuno, que resultó ser de
lo mas insípido. Los huevos fríos, el café aguado y sin azúcar, y las tostadas
parecían hechas de goma espuma. Diablos… Si no fuera tan poco supersticioso,
creería que ese día en especial iba a ser así, las veinticuatro horas. Ya la
noche anterior no había podido dormir, debido al maldito contrato vinculante.
Sintió un dolor fuerte en el pecho cuando el reloj dio la última campanada, y
supo que ya nada la ataba a su esposa. Que sería cuestión de tiempo, que ella
le pidiera el divorcio y lo alejara de su vida. Se había quedado pensando que
podía hacer para retenerla… Los señores Cyrus ya estaba prácticamente curados,
el año de vinculación mágica, era un recuerdo… se mezó los cabellos tratando de
encontrar una razón valedera… pero no la había. La última, el ultimo recurso,
seria confesarle su amor… ¿pero estaría Miley dispuesta a apostar a un
matrimonio cuando ella no sentía nada por él? Era un hecho que se llevaban bien
en otros ámbitos, ¿pero cuanto podría soportar una pareja vivir amparados bajo
la buena intención, el deseo carnal y…? suspiró resignado. Nada que comenzara
con odio y venganza funcionaria a largo plazo… a lo sumo podrían soportarse un
par de años… ¿y luego que? ¿Se lastimarían y terminarían odiándose? ¿O el
tiempo sería el causante de que encontraran juntos el amor, que tanto se le
negaba?
- ¿Estás bien Nick?
- Este desayuno apesta… - dijo
dejando la taza a un costado – no estoy de humor para nada hoy.
- De modo que el contrato…
- No quiero hablar de eso…
- Solo podrías acabar con ese
estado de inquietud, si te decidieras a decirle que la amas…
- Remus… no es tan fácil.
- Solo dos palabras – sonrió –
te paras frente a ella, y le dices "Miley,
te amo."
- Son tres palabras…
- No te pongas chistosito… -
golpearon la puerta.
- Odio cuando la señora Rowling
no viene a trabajar – bufó – hazte cargo… y di que no estoy para nadie… - Remus
abrió la puerta…
- El señor Jonas no desea
atender a nadie sin cita – dijo en un tono serio y bastante reacio. Nick se
sorprendió de escuchar a su tan educado amigo, hablar tan descortésmente a
quien quiera que estuviera afuera.
- Remus quien… - cuando la
mujer entró intempestivamente a la oficina, Nick juró en ruso. Si ya pensaba
que su día era una mierda, con la presencia de Nicole Vane en su trabajo, ya
tenía que simplemente darlo por hecho.- Nicole… - dijo susurrando. La mujer
estaba algo nerviosa.
- Nick… - carraspeó – hace
tiempo que quiero hablar contigo… pero tu secretaria se negaba a recibir mis
llamadas.
- Yo le dije que no quería que
me fastidiaras.
- Debo hablar contigo…
- Habla… - dijo parco – tengo
cosas que hacer – Nicole miró a Remus y luego a Nick.
- Lo que tengo que decirte,
quisiera hacerlo a solas…
- Lo que tengas que decirme,
puedes hablarlo frente a Remus… no tengo nada que ocultar… y menos a él.
- Pero… - respiró profundamente
– está bien – lo miró – Nick necesito que me des dinero – Nick rió – Yo…
- Te di demasiado dinero… -
dijo tranquilo. – ¿me puedes decir que hiciste con el?
- Yo… después de… que tu y yo
termináramos, conocí a alguien y me propuso un negocio…
- ¿Te timaron, preciosa? – dijo
sonriente.
- Nick me he quedado prácticamente
en la calle – respondió desesperada.
- El departamento estaba a tu
nombre.
- Lo puse en garantía…
- Siempre fuiste una idiota…
- ¡Ayúdame por favor!! – dijo
suplicante – no tengo a nadie mas que a ti para…
- No tienes a nadie – Remus
carraspeó. Nick lo miró y vio su mirada de compasión. Maldita sea, bonito
momento tenía su amigo para recordarle el uso que él hacía de esa mujer.
Suspiró – mira… ¿que necesitas?
- Un departamento y una
mensualidad… como antes... – las mujeres nunca se conformaban con poco, pensó.
- No – dijo sereno. Se acercó
al escritorio y garabateó unas palabras – toma, - le tendió la nota – dáselo a
uno de los duendes de Gringots…
- ¡Oh, gracias Nick!! – dijo
abrazándolo y tratando de rozarse sensualmente a su cuerpo. Nick la separó – te
juro que…
- Me devolverás cada uno de
esos galeones, lindura…
- Pero… yo no tengo dinero –
dijo contrariada.
- Bueno… - miró a Remus, y este
asintió – si tu quieres, Remus te dará empleo… en Estados unidos – si, eso era
una muy buena idea, alejar a esa zorra de Miley.
- ¿Pero Estados unidos?
- Tómalo o déjalo – dijo serio
– no te quiero cerca de Miley, y mucho menos de mi… puedes comenzar de cero. Te
daremos una vivienda y un sueldo digno… depende de ti – ella tomó con rabia la
nota y lo miró con odio irradiando de sus ojos oscuros.
- Hijo de puta…
- No deberías morder la mano
que te da de comer… -dijo riendo – aun puedo arrepentirme y decirte… ¡que te
jodan, por estúpida!
- Algún día… - Nick la miró.
- Ya sabes donde está la
puerta… adiós Nicole, y espero que sea la ultima vez que te veo… - la mujer
tomó su bolso y salió hecha una fiera. – ah, nada las conforma – dijo con
sarcasmo.
- ¿Crees que va a ser la última
vez que la veas?
- Mas le vale que así sea…
- En cambio, yo espero que no
te traiga demasiados problemas. Mujeres así, que no tienen nada que perder,
suelen ser un tanto peligrosas…
- Por esa razón, Remus, decidí
mandarla a Estados unidos… - rió – desde allí no podrá hacer maldades ni
molestar a Miley – Remus lo miró. Nick estaba demasiado confiado.
Al salir del automóvil, Miley
le dio la llave al valet de la empresa de Nick, con una amable sonrisa. La
mañana estaba soleada, pero unas nubes en el horizonte amenazaban el bonito
día. Ella y Demi agradecieron al portero y después de entrar al lobby,
decidieron tomar el ascensor particular de la Presidencia. Sacó un pequeño
pañuelo para secarse la transpiración de las manos, producto de los nervios.
Cuando la puerta del elevador se abrió, movió el pie, y fue embestida por
alguien que salía a toda prisa. Al levantar la mirada, la cara de Nicole Vane,
la miraba con asco y una sonrisa de satisfacción en la cara. Demi miró a Miley,
que había quedado con la mirada perdida en la sonrisa demasiado pintarrajeada
de su antigua rival. Luego miró a Nicole, que tenía cara de traer problemas a
sus amigos, y eso no le gustó para nada. Miley cayó en cuenta de la presencia
de Nicole, y recordó cada una de las llegadas tardes de su marido, la falta de
comunicación, su salida temprana a desayunar… y todo su mundo de esperanza de
un final feliz, se derrumbó como un endeble castillo de naipes. No fue capaz de
emitir palabras. La sonrisa de triunfo de Nicole le daba nauseas, y era hablar
o vomitarla encima, y aunque la segunda idea bailaba con ansias, se quedó muda.
No iba a darle la satisfacción de verla destrozada. Afortunadamente para ella
Demi, fue la que habló.
- ¿Que haces aquí, zorra? –
dijo su cuñada, y Miley se asombró de escuchar esa palabra en su boca – ¿acaso
no te dijo Nick que no quería verte nunca mas?
- Cállate, rata de biblioteca –
respondió. Luego miró a Miley y sonrió vengativa – ¿quien crees que me citó a
esta hora? – rió – ¿santa Claus?
- Mientes… - terció Demi.
Nicole no le hizo caso y se acercó a Miley – te lo dije… te advertí que él se
cansaría de ti… se le pasó la novedad de la mujercita virgen y pura… necesita
una mujer de acción, que lo ponga a mil… y bueno, fue a mi la que tuvo en
mente... y me llamo desesperado por verme.
- Mientes… - volvió a decir
Demi.
- Tenemos un
"arreglo" nuevamente – dijo riendo, y revolviendo su bolso, sacó la
nota que Nick le diera – ¿lo ves? – Demi le quitó el papel y lo leyó, y un
resoplido de enojo le hizo entender a Miley que no era nada bueno – vuelve a
mantenerme… y te aseguro que voy a compensarlo como tu nunca vas a hacerlo… -
Miley no fue capaz de reaccionar, mas que haciéndose a un lado y entrando al
elevador – Acéptalo estúpida mosca muerta – chilló Nicole – Nick es solo para
mi, tu solo fuiste una mas… con papeles, pero… - no pudo escucharla mas porque
la puerta se cerró en las narices de la morena. Demi la miraba con lastima.
- ¿Era dinero verdad? – dijo al
rato que el elevador comenzara a subir.
- Miley…
- Si, lo era… - unas lágrimas
salieron de sus ojos, pero se las quitó con rabia – bueno… ya tienes la respuesta
Demi…
- Miley, no puedes creer lo que
esa…
- ¡Le dio dinero! – dijo
chillando – ¿por que crees que se lo dio? ¿Por caridad?
- Tendrías que esperar a ver
que te dice Nick…
- ¡No voy a preguntarle para
que me mire con esa cara de autosuficiencia y luego se ría en mi cara!
- Pero, el bebé…
- Podremos mantenernos solos…
no necesitamos a Nick para…
- Pero ya no tienes empleo…
además no es justo para el niño que…
- ¿Y es justo que vivamos una
mentira, fingiendo estar bien, mientras su padre se acuesta con esa zorra? –
sollozó. Demi la abrazó y ella instantes después se deshizo del abrazo – no voy
a derrumbarme Demi… ya no. - El elevador abrió las puertas y Demi se sorprendió
de que la secretaria no las recibiera con su sonrisa habitual. Miley no se
detuvo y caminó los pasos que la separaban del despacho de su esposo. Demi rezó
en silencio, para que no ocurriera alguna desgracia. Miró a su amiga, que
estaba un tanto más rellenita que cuando la vio en su casa.
- Miley… estás… ¿no haz hecho
el hechizo de ocultamiento verdad?
- Te aseguro que no tengo
intenciones de esconderme un segundo más – y abrió la puerta de golpe,
haciéndola golpear contra la pared. Nick y Remus se sobresaltaron. Miley dio
solo unos pasos y se detuvo en la alfombra persa favorita de Nick, mirándolo
fijamente. Remus la vio y abrió los ojos con sorpresa. Nick solo la miró a los
ojos y supo que algo no iba bien.
- Miley… - dijo Remus – q… que
sorpresa… ah, hola Demi…
- Hola Remus… yo…
- Quiero hablar contigo – dijo
Miley a Nick, seria.
- Yo puedo retirarme… - dijo
Remus y miró a Demi – ¿tu quieres tomar un café, o visitar a Joe ? – Demi iba a
contestar pero no pudo.
- Descuida Remus, - dijo Miley
sin sacar los ojos de su hasta ahora esposo, quien se movía incómodo en el
sillón. – puedes quedarte para escuchar lo que tengo que decirle a Nick.
- Miley… - dijo levantándose de
su sillón – no pensé que…
- ¿Vendría? – sonrió – ya lo
creo que no lo tenías pensado… acabo de toparme con tu "no
pensamiento" – Nick recordó a Nicole y cerró los ojos resignado.
- Miley… puedo explicártelo…
- No quiero escuchar ninguna de
tus patéticas excusas, Nick… - miró a Remus – Agradezco que estés aquí.
- Bueno, yo he estado…
- No te preocupes, Remus… como
te dije te lo agradezco ya que me ahorras el tiempo que iba a perder buscándote
– sonrió – como sabes, el contrato vinculante terminó a la cero hora de hoy –
Nick sintió una gota de sudor frío, bajar por su nuca, y se preparó para lo
peor… tenía la leve impresión de que todo lo que hubiera soñado se estaba
esfumando rapidamente… - y según lo que reza el contrato en una de sus
cláusulas, una vez que se cumpla el plazo del matrimonio… ya nada nos une a
Nick y a mi – al decir esto, sintió un vuelco en el estómago pero trató de
dejarlo a un lado. Tenía rabia, dolor, odio, y aun recordaba la cara de
satisfacción de Nicole al refregarle el dinero que le daba su amante. – por lo
tanto… – agregó acercándose a la puerta para largarse de ese lugar – que quede
en claro que quiero que te encargues de los papeles del divorcio...
- Miley… - Remus dijo – hay
procedimientos y reglas que hay que seguir para…
- ¡No me vengas con el estúpido
papeleo!! – abrió la puerta – quiero, al término de esta semana estar
divorciada de este…- lo miró – señor – dijo con asco. Miró a su cuñada –
muévete Demi, ya nada nos retiene aquí… - su amiga salió casi corriendo para no
contrariarla.
- Miley… entiende que… - Remus
trató de apaciguarla, pero Miley lo interrumpió.
- Ah, y una cosa mas… - dijo
mirando a Nick – por alguna tonta razón del destino, anhelé la esperanza de
tener un hijo contigo y Neville, sabiendo que… bueno, tenía deseos de ser madre
me dio una poción para la fertilidad… - Nick abrió la boca, pero nada salió de
ella, esa declaración lo había dejado en shock – y creí que nuestro tiempo en
el Caribe iba a hacer el milagro que tanto quería- suspiró - pero me equivoqué
– Los ojos se le llenaron de lágrimas y Nick quiso reconfortarla, pero siguió
estático sabiendo que su Miley, lo menos que quería de él era consuelo – aunque
por obra nuevamente del destino, el milagro ocurrió aquí…- lo miró a los ojos –
Estoy embarazada… pero te aseguro que ni mi hijo, ni yo te necesitamos en
absoluto. – sin decir nada mas porque las lágrimas la harían sucumbir, cerró la
puerta. Remus se acercó sigilosamente hacia la puerta, anonadado, y luego miró
a Nick.
- ¿Dijo lo que creo que dijo? –
Nick no contestó. Aun estaba asimilando lo que realmente había dicho su esposa…
pero cuando al fin se había dado cuenta, la puerta ya estaba cerrada y ella se
había marchado.
10 comentarios:
aaaaaw saris bebe me re encanto los capis y digo yo cuando estos se van declara de una buena vez por lo menos nick ya se entero de q esta embarazada asi la cosas seran mas faciles
te kiero mucho de lo q tu me quieres a mi jejje
seguila pronto cariño
ay no me podes dejar asi
ame todos los caps quiero maraton de 2 o 3 cap... espero q puedas igual no te preciono...
amo esta nove, xq no se dicen de una vez x tdas q se aman!!! ay esa nicole la odeo!!1
nick sabe q esta embarazada aw espero q no se separen xq a y si q me desmayo!!!
quiero mas amo cada vez mas esta nove, con cada cap me dejas en shock O.o... espero q la sigas
TKMMM y besos
yo aguss mar
No no no no no no NO!!!!! Por qué?
Síguela, POR FAVOR!!!!!!!! NO LA DEJES ASÍ!!! SUBE PRONTO SARIIS!!!!!!!! =D
QUE QUEE POR QUE LA DEJASTES AHI SIGUELA SIGUELAA SIGUELAA PRONTIIIWIISSSSSS
OMG MG SIGUELA SIGUELA SIGUELA SIGUELA SIGUELAAAAAAAAA
SEGUILA!
Hermos amiga hermoso el capitulo
DEMASIADO SORPRENDENTEE
siguela siguela siguela siguelaa
siguela siguela siguela siguelaa
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