Miley cyrus permaneció de pie junto al taller de reparaciones de
Nicj Jonas. El corazón le latía desbocado mientras intentaba reunir el
valor para abordar a nick con una proposición indecente.
Nunca en sus veinticinco años de vida había sido tan descarada. Pero en
el intervalo de unas pocas horas parecía haberse soltado la melena. Primero
había arrancado una página del libro de las «sexcapadas» que encontró en la
agencia organizadora de bodas. Luego, había tomado la decisión de buscar lo que
debería haber entre un hombre y una mujer en el terreno sexual. Porque eso era
algo que no estaba consiguiendo con su novio, Brent. De hecho, Brent parecía
inmune a sus esfuerzos por llevarlo más allá de los besos y abrazos, alegando
que la respetaba y que era mejor esperar a la noche de bodas para hacer el
amor.
Eso en el caso de que ella aceptara casarse con él, pensó, apoyándose
débilmente contra la fría pared metálica del edificio. Se había
quedado perpleja al recibir la inesperada proposición una semana antes durante
una romántica cena con velas en uno de los mejores restaurantes de Chicago.
Después de todo, sólo llevaban seis meses saliendo juntos. Aunque tenía que
admitir que desde el primer momento Brent la había cortejado como todo un
caballero, incluyendo cenas exorbitantes, citas fastuosas y regalos
espléndidos, como el anillo de compromiso con un diamante engarzado de dos
quilates.
Aunque a veces se sentía más como una chica de alterne que como una
verdadera novia, y aunque sabía que su relación estaba basada más en la
compatibilidad que en la pasión, no pudo evitar pensar en su proposición. A
pesar de ser tan serio y formal, Brent le estaba ofreciendo lo que ella había
buscado infructuosamente durante los dos últimos años… un hombre que quisiera
sentar la cabeza y casarse.
El trabajo de Brent como inversor bancario era estable y seguro, lo que
ella consideraba como una ventaja adicional. A miley le encantaban los niños y
se moría de impaciencia por formar una familia. Brent le había asegurado que él
quería lo mismo. Había pronunciado las palabras correctas en la proposición, y
aunque ella se decía a sí misma que los sentimientos hacia él florecerían con
el tiempo, no había sido capaz de responder con un sí incondicional. En vez de
eso le había dado una respuesta tranquila y seria: «No estoy segura».
Puso una mueca al recordar la decepción que vio en la mirada de Brent,
pero él se había mostrado increíblemente cortés y comprensivo. Le había
apretado la mano por encima de la mesa y le había pedido que pensara
en ello mientras él estaba fuera de la ciudad en viaje de negocios. Podría
darle una respuesta cuando regresara el domingo por la tarde.
Por tanto, sólo tenía aquel fin de semana para descubrir lo que quería
en la vida. Pero una cosa estaba clara… la intimidad que faltaba entre Brent y
ella estaba despertándole demasiadas dudas sobre ella y su relación. Y la falta
de interés sexual de Brent la hacía ser dolorosamente consciente de que no le
inspiraba una pasión salvaje a su novio. Ni él a ella tampoco. No de esa forma
en la que otra persona podía prender un fuego en su interior con sólo una
mirada.
Respiró hondo y maldijo el libro erótico con el que se había tropezado.
El contenido del mismo había hecho mella en sus inseguridades femeninas y había
sembrado en su cabeza las dudas sobre ella misma y Brent. Había ido a Divine
Events aquella tarde con la esperanza de que la glamorosa agencia organizadora
de bodas le diera el empujón y la ilusión necesaria para aceptar el anillo de
compromiso de Brent.
Por desgracia, su improvisada visita a la agencia sólo había servido
para aumentar su inquietud.
Mientras aguardaba en el vestíbulo a que la recibiera Cecily Divine, un
libro rojo forrado en piel le había llamado la atención desde una de las mesas.
No había ningún título en la tapa, y la curiosidad había sido demasiado fuerte.
Al abrirlo, se había encontrado con el excitante mundo de las «sexcapadas», un
libro repleto de ardientes fantasías para los amantes desinhibidos, osados y
temerarios.
Dentro había páginas selladas que ocultaban las invitaciones más
provocativas. Faltaban muchas de ellas, como si
otras clientas se hubieran tomado la libertad de arrancarlas para añadir
emoción a su vida sexual. Y en aquel momento, Mileydecidió correr el riesgo y
arrancó una página tras asegurarse de que nadie la veía. Su fantasía llevaba
por título La danza de los
siete velos.
Una vez que estuvo a salvo en su coche, leyó las instrucciones de la
«sexcapada». Éstas exigían desnudarse para su amante en cuerpo y alma. Se
estremeció de horror, convencida de que no tenía el valor necesario para una
hazaña semejante, pero las fantasías que bailaban en su cabeza habían cobrado
vida propia. Salvo que en su mente no era Brent quien contemplaba el
striptease, sino Nick Jonas, el mejor amigo de su hermano desde el
instituto, de quien había estado enamorada durante años.
Fue entonces cuando se dio cuenta de que sus sentimientos por nick tenían parte de la culpa en su incapacidad para tomar una decisión firme
respecto a Brent. Y supo que, antes de que pudiera comprometerse de por vida
con Brent o con cualquier otro hombre, tenía que olvidar a nick de una vez
por todas si quería vivir tranquila, sin dudas ni remordimientos.
nick era el hombre al que siempre había deseado pero al que nunca
podría tener, por fuerte que fuera su atracción hacia él. Con el paso del
tiempo se habían hecho buenos amigos y habían pasado mucho tiempo juntos. Pero
últimamente nick se había convertido en un vividor, empeñado en preservar su
soltería. Y miley había oído las suficientes charlas entre nick y su hermano
para aprender cuál era su modus operandi con las mujeres. Nada de lazos ni
compromisos. Y también había dejado muy claro que no tenía el menor interés en
el matrimonio.
Y precisamente por ello era el candidato perfecto para lo que miley tenía pensado. Después de haber recibido el rechazo sexual de Brent, siempre
con las excusas más delicadas, estaba decidida a hacer valer su sexualidad.
También necesitaba saber que tenía el arrojo necesario no sólo para seducir a
un hombre, sino para desnudarse ante él.
Con la fantasía erótica guardada en el bolso, tenía intención de
aprender lo que realmente querían los hombres de las mujeres y lo que los
excitaba, y descubrir también lo que ella encontraba sexy y excitante. Y en el
proceso esperaba descubrir qué clase de hombre deseaba en su vida.
Para un experimento semejante no había mejor candidato que nick. No
sólo porque la excitaba de un modo inimaginable en Brent, sino porque, a pesar
de su fama de mujeriego, era uno de sus mejores amigos y alguien en quien ella
podía confiar para pedirle clases particulares de seducción. También confiaba
en él para que lo mantuviera todo en secreto.
Lo único que pedía era un fin de semana con nick. Un fin de semana
sería lo único que se permitiría para ser libre y satisfacer las fantasías que
con demasiada frecuencia la asaltaban. Y luego, armada con su nueva
experiencia, habilidad y seguridad en sí misma, se replantearía su relación con
Brent. Su obsesión por nick quedaría olvidada y no la afectaría a la hora de
tomar una decisión.
Pero antes que nada, él tenía que aceptar su petición.
Se mordió el labio y repasó hasta el último detalle de su plan. Hasta el momento no le había hablado a nadie de la
proposición de Brent, ni siquiera a su mejor amiga, a su hermano ni a su
familia, y tampoco tenía intención de decírselo a nick como tampoco pensaba
hablar de sus frustrados intentos por seducir a Brent. No, a nick tan sólo
le diría que quería conocer la opinión de un hombre para avivar la emoción
sexual.
Cuadró los hombros y giró la esquina del edificio para entrar en el taller que nick había comprado seis años antes y que había transformado en un próspero negocio. El taller contaba con ocho plazas, todas ellas ocupadas con vehículos en reparación, y miley pasó la vista por los coches y los mecánicos en busca de nick.
Saludó con la mano a Gavin, uno de los trabajadores de nick y jefe
del taller, que le sonrió y señaló un BMW. Miley siguió la indicación y
encontró a nick doblado de cintura para arriba sobre el motor, apretando una
tuerca con una llave inglesa.
Miley se detuvo a unos metros de él y se deleitó con la imagen de su
trasero. A nadie le quedarían mejor unos vaqueros desteñidos que a Nick Jonas.
La desgastada tela vaquera, manchada de grasa donde se había limpiado las
manos, se ceñía a su bien moldeado trasero y duros muslos, y la cintura le caía
tentadoramente sobre las esbeltas caderas. La camisa azul se estiraba sobre los
músculos de la espalda y se arrugaba sobre los anchos hombros mientras le daba
otra vuelta a la llave inglesa.
Era un hombre fuerte y natural como la tierra misma. No le importaba
ensuciarse, y parecía disfrutar con el esfuerzo físico que implicaba aquel
trabajo. Todo lo contrario que Brent, tan refinado y meticuloso, que se moriría
antes que mancharse las manos de grasa.
nick se irguió en su metro noventa de estatura y se giró para cambiar
de llave. Se detuvo en seco cuando la vio, y una lenta sonrisa curvó sus labios,
acentuada por aquel hoyuelo que a tantas mujeres había desarmado desde la
escuela.
A miley se le aceleró el pulso y sintió una oleada de calor por sus
venas. Una reacción normal siempre que veía a nick. Era tan atractivo, tan
sexual, que una mujer tendría que estar ciega para no verse afectada por su
aspecto y su seguridad varonil.
Sus intensos ojos verdes brillaron de placer cuando la recorrió con la
mirada.
—Hola, miley —la saludó con su voz baja, suave e increíblemente
sensual—. ¿Cuánto tiempo llevas ahí?
«El suficiente para comerte con los ojos».
—No mucho —respondió, y le devolvió la sonrisa intentando adoptar una
expresión despreocupada, aunque era difícil aparentar naturalidad teniendo en
cuenta el motivo de su visita.
nick agarró un trapo en vez de una de las herramientas alineadas en
el banco y se limpió las manos, grandes y callosas.
—¿Qué ocurre? —le preguntó, escrutándola con sus penetrantes ojos. Ladeó
ligeramente la cabeza y su pelo largo y rubio le cayó sobre la frente—. ¿Todo
va bien, miley?
«Depende de lo que respondas a mi proposición», pensó ella, cambiando
nerviosamente el peso de un pie a otro.
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esta es una mini nove y pues ya creo jeje primer capi dedicado a danny
12 comentarios:
Hola chikita
me encanto el capi porfavor siguela pronto besos!♥
awww me encanto tienes que seguirlaaa
ahh siguela pronto amiix esta buenisisisismaa
ahhh tenes que seguirla prontoo plis
seguila pronto pls
ahhhh tenes que seguirla prontooooo plsi aww si si amix
ahhh tenes que seguirla pronto plis ahhh buenisisisma amixxxxx
ahhh tenes que seguirla pronto plis ahhh buenisisisma amixxxxx
hahha me encanto, espero el proximo ivficdxkscnj Miley atrevida y sexii
me re encanto seguila
ESPECTACUAR!!!!!!!! SÍGUELA POR FAVOR!!!!!!! =D
ME ENCANTO AMIX, ME RE GUUUSTOOO *.* QUIERO UN MECANICO COMO NICK, CON ESOS PANTALONES APRETANDO SU HERMOSO TRASEROOOOO, WAAAA QUIIERO A NICK PARA MI, ME RE GUSTO, SE VE QUE VA A ESTAR MUY BUEENA, QUIERO LA OTRA PARTEEE!! QUIERO QUIEROO, ME ENCANTO, TE QUIERO MI VIIDA, BESOTE ENOORME ♥:)
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