Átame a ti - capitulo- 79

―Haré a un lado tu ignorante, equivocado y simple y llanamente jodido pequeño insulto, y te lo diré directamente. Esto se trata de seguridad, no de control. ¿Y adivina qué? Tus medidas de seguridad son paupérrimas, cariño. Primero, ese tipo no debería haber conseguir estar tan cerca del edificio. En segundo lugar, no debería haber sido capaz de entrar tan fresco por la puerta principal. ¿Y sabes cómo sé eso? Porque lo he hecho varias veces. Nadie me detuvo, ninguna seguridad adentro ni afuera. Tú, o quienquiera que tenga el control, ni siquiera bloquean la condenada puerta durante las horas de trabajo.

La mirada helada de miley continuaba.

―Éste es un negocio. Si has contratado a mujeres con una historia de violencia doméstica, deberías estar más atenta en los asuntos de seguridad que lo normal, al menos. Alarmas en puertas y ventanas. Una puerta con código que no deje entrar a intrusos. No tienes sólo una maldita puerta, infierno, tienes dos portones, ¿por qué los dejarías abiertos día y noche? Tienes niños allí adentro, miley. Tienes a mi niña allí dentro. Y por la manera en que se ve, no hay nada que detenga a un enojado ex o a un novio cabreado de asaltar el lugar con un arma de fuego y matar hasta a la última persona allí dentro.

―Eso no ocurriría. No aquí.

―Estás equivocada. Eso ocurre todo el tiempo y lo sabes. Así que sería mejor que remedies tus problemas de seguridad pronto, porque después del incidente de hoy, no voy a permitirte poner en peligro a mi hija otra vez.

miley se alarmó.

―¿A dónde quieres llegar?

―Simplemente lo que dije. Remedia los problemas o sacaré a Eliza fuera de aquí tan rápidamente que la cabeza te dará vueltas.

―No lo harías.

―No me empujes jodidamente a hacerlo porque lo haría en un condenado latido del corazón. Y sí, si quiere ser técnica, voy a ejercer mi control paterno y derechos para sacarla de una situación potencialmente peligrosa. Me aseguraré que mi hija no se convierta en otra trágica estadística porque tú tienes demasiado orgullo para admitir que estás equivocada.

Ruido de pasos salpicaron a la par de ellos.

―Vosotros dos deberíais llevar esto adentro.

―Hemos terminado.

―¿Terminado? ¿Qué diablos significa terminado?

―Oh, cariño, tienes un corte en tu mandíbula ―Annie le dijo a nick―. ¿Por qué no entras y le echaré un vistazo?

―Estoy bien. Probablemente tuve peores. ―nick frotó el punto sensible y sus dedos quedaron ensangrentados. El imbécil lo había herido―. Me marcharé rápidamente de cualquier manera. ―No se molestó en esconder la cólera en sus ojos―. Piense en lo que te dije. Y no me esperes esta noche.

―¿Dónde vas a ir?

Él dijo:

―Fuera, ―y se alejó de ella sin volver la mirada atrás.

Fuera.

Maldito sea.

¿Por qué la hizo quedarse con la sensación de que ella estaba equivocada cuando él fue el que se había involucrado en una pelea a puñetazos, con el marido de su empleada, en el estacionamiento de su negocio, delante de sus empleados? ¿Y después tuvo la osadía de decirle cómo había puesto a todo el mundo… incluyendo a su hija… en peligro?

La había amenazado con llevarse a Eliza, justo como ella había temido.

¿Por qué había creído que nick sería diferente de cualquier otro hombre que había conocido en su vida? Encantándola para luego tomar lo que querían, dejándola destrozada.

nick no es así.

Sí, lo es.

Persíguelo y aclara las cosas.

No, déjalo que se enfríe primero.

Hablando acerca de una doble personalidad.

―miley, deberías volver a entrar. Son las cinco.

―¿Todos vieron lo que pasó?

―Más o menos. Dee se llevó a los niños lejos, pero Nadia lo vio todo.

―¿Cómo está ella?

―Enfadada. Asustada. Avergonzada.

―Hablaré con ella y trataré de calmarla antes de que se vaya.

Mientras caminaban hacia el interior, miley se preguntó quién iba a calmarla a ella.

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bueno ahora solo les subo el final de la otra nove