domingo, 15 de abril de 2012

no promises- capitulo- 21


Él sonrió y, cuando ella deslizó las manos hacia sus glúteos, Chris pensó que la encimera de la cocina no era un mal lugar para hacer el amor.
Entonces, Carolina chilló mientras lanzaba trozos de comida al suelo.
—Creo que está lista para salir —dijo miley, mientras le decía a la niña que no con la cabeza.
Cuando volvió a mirar a nick, este tenía una sonrisa extraña en la cara. Ella se deshizo del abrazo, agarró un trozo de papel de cocina y se puso a limpiar el suelo.
nick se abrochó el albornoz y la detuvo.
—Déjalo. Ya lo recojo yo.
Ella levantó las cejas.
—Solía hacerlo antes de que llegaras, ¿sabes?
—Sí —dijo ella—, ya lo sé —«y pronto tendrás que volver a hacerlo», pensó para sí y miró hacia otro lado para que él no pudiera adivinar sus pensamientos.
—¿Te apetece ir a dar un paseo en barco cuando vuelvas?
—¿Y tu trabajo?
—Yo soy el presidente. Puedo tomarme un día libre si quiero.
Ella sonrió ante la perspectiva de pasar un rato agradable con él bajo el sol.


—Correré deprisa —dijo ella mientras sacaba a Carolina de la silla—. Y no te olvides de las cañas de pescar —añadió antes de salir con la niña en brazos.
¿A pescar? ¿Con miley? nick se dejó caer en la silla y agarró una tostada, pensando en aquel último mes. Su vida había pasado de ser solitaria y estar ensombrecida por el sentimiento de la culpa a ser perfecta.
Ya solo faltaba que miley confiara en él lo suficiente para hablarle de ella.



Miley abrió un ojo y espió a Carolina, que estaba jugando en su parque en la cubierta del yate. Nick estaba al timón y ella, tumbada al sol, disfrutaba de la paz del momento.
El barco se mecía con suavidad en las tranquilas aguas y le daban la sensación de estar flotando en un sueño.
«Disfruta de esto», le gritaba su mente.
Tomó aliento y escuchó a nick hablar con la niña. Una gaviota chilló sobre su cabeza y una ligera brisa le refrescó la piel.
«Esto es el paraíso», pensó para sí.
—Estás para comerte —le susurró él al oído.
Ella sonrió, negándose a abrir los ojos.
—Si tienes hambre, en la nevera hay comida.
Él se rió.
—¿Qué tal está Carolina? —le preguntó ella—. ¿Crees que hace demasiado calor para ella?
—Va a vivir aquí toda la vida. Será mejor que se acostumbre al calor y a la humedad.
miley abrió los ojos y se puso de lado para mirar a nick. El estaba a escasos centímetros de ella.
—Por el amor de Dios,Jonas. Es solo un bebé. Hasta un lagarto podría asarse con este calor.
Él se rió.
—Se lo está pasando fenomenal con todos los juguetes que tiene y con el cubo de agua.
miley cambió de postura para mirar a la niña. La saludó con la mano y le tiró un beso.
La pequeña se lo devolvió.
nick las miró a las dos, cada día estaba más claro el vínculo que las unía.
—Te quiere mucho —le dijo a miley.
—Yo también la quiero a ella —admitió miley con ternura, después, volvió a mirarlo a él—. Me maravilla cada vez que hace un nuevo descubrimiento. Cada día hace una cosa nueva.
—No quiero que crezca tan deprisa.
—Ya, dentro de nada estarás espantando a los chicos.
—Chicos —gruñó él—. Gracias a Dios todavía queda mucho para eso.
—Solo unos dieciséis años.
—No podrá salir con chicos hasta que tenga veinte. Tal vez treinta.
miley dejó escapar una carcajada.
—Va a ser preciosa. Vas a tener mucho trabajo espantándolos.
—¿Cuándo saliste por primera vez con un chico?
¡Dios santo!, pensó nick. No sabía nada de ella.
Las facciones de ella se suavizaron.
—Dieciséis, creo. Mi padre decía que tenía una escopeta escondida.
nick sonrió poniéndose en el lugar del hombre.
—¿Dónde está ahora?
Ella dudó antes de responder y él captó el dolor de su mirada.
—Está muerto. Mi madre y él murieron hace varios años en un accidente de avión.
—Vaya, miley. Cuánto lo siento.
—Lo peor de todo es que eran sus primeras vacaciones juntos en varios años.
Miley se dio la vuelta y cerró los ojos, ya le había contado demasiadas cosas sobre ella.
Pensó en sus padres y los ojos se le llenaron de lágrimas.
—Cariño, ¿estás bien?
nick le acarició la mejilla y vio el dolor reflejado en su rostro.
—Lo siento, pequeña —añadió él, mientras la tomaba en sus brazos—. No pretendía traerte recuerdos dolorosos.
—No importa —susurró ella, apretándose contra él, encantada de poder tener a alguien con quien compartir su pena, alguien que la comprendiera.
Tragó con dificultad, intentando mantener a raya el dolor que siempre había logrado contener. El dolor por la muerte de sus padres y por la familia a la que había abandonado. Había sido por su propia seguridad, se dijo una vez más; sin embargo, su corazón no la estaba escuchando y la presa se rompió.
Una década de lágrimas rompió la quietud del momento.
nick gruñó y la apretó con fuerza. Nunca se imaginó que pudiera verla llorar así. Ella era tan fuerte… casi invencible. Pasó un buen rato hasta que su llanto cesó.
Cuando ella se calmó, él la besó en los labios.
El beso fue lento y tierno y el dolor de su corazón se suavizó.
—Gracias —murmuró ella después de un buen rato.
—No me gusta verte sufrir.
Ella suspiró.
—Ya estoy bien —dijo mientras se secaba las lágrimas con la punta de la toalla.

3 comentarios:

amorciegoniley dijo...

siguela prontoooooooo yaaa

Mari ♥ dijo...

ternuriiiita. este me ha encantadooO!

Mechame dijo...

aawwww.... me puse sensible... xD ahahahha.. pobre miley!!
=D