Nick le levantó la cara y vio que el dolor comenzaba a remitir.
También pudo observar que volvía a relegar sus emociones a un compartimento
estanco al que él no tenía acceso.
—Desahógate conmigo, cariño —la animó él.
—No tengo nada que decir —respondió ella.
Él se cargó de paciencia.
—Puedes confiar en mí, miley. Lo sabes, ¿verdad?
Ella asintió y lo besó, sabiendo que no podía. No, con el secreto que
tenía. Y, en aquel preciso instante, lo necesitaba más a él que hablar de su
vida.
Sin dejar de besarlo, se pegó más a él y sus cuerpos se fundieron.
De repente, sonó una bocina.
Se volvieron para ver de dónde provenía el ruido y se encontraron
con un barco lleno de gente que les silbaban y saludaban.
miley escondió la cara en el pecho de él.
—¡Qué vergüenza! Me siento como una colegiala.
Carolina rompió a llorar.
—Vaya, el ruido la ha asustado.
Se levantó para ir a buscar a la niña y la tomó en brazos. Después,
se acercó a la nevera y sacó un trozo de pan que la niña devoró con muy pocos
modales.
Encantado por la escena, nick se cruzó de brazos y observó a la
mujer que había puesto su vida patas arriba. Era una mujer fuerte. No se
parecía en nada a Jasmine ni a ninguna otra mujer que hubiera conocido antes.
La noche anterior, en la cama, había sentido lo que le había hecho, de eso no
le cabía la menor duda. Era algo más que un cambio. Algo más que una necesidad.
Había sido una comunión de almas.
Todo era un poco sorprendente y él se preguntaba si estaba listo
para aquello. Si era lo suficientemente fuerte para ella, para ser su
compañero.
—¿Quieres un refresco?
—Sí, una cerveza.
—De eso nada. Estás conduciendo esta cosa —dijo ella ofreciéndole
el refresco.
—Tú podrías hacerlo.
—Lo sé, pero me excita verte a ti pilotando, como un lobo de mar.
Él sonrió.
—Vámonos abajo, entonces.
Ella le dedicó una sonrisa seductora.
—Primero vamos a comer y, después, nos llevas de vuelta a casa.
«A casa», pensó él. Ella había convertido su casa en un hogar.
Antes, solo era el lugar donde Carolina y él vivían, ahora, era mucho más que
eso. Un lugar mucho mejor.
Se sentó al lado de ella y compartió los sándwiches y las patatas.
La niña estaba sentada entre ellos, armando un gran alboroto, pero a ninguno de
los dos le importaba. Hablaron durante horas de Carolina, de sus negocios, de
aquel lugar…
—¿Cómo se llama el barco? —le preguntó después del último bocado.
Él dudó y miley se preguntó si se estaba sonrojando o había
tomado demasiado el sol.
—Los barcos de la empresa se llaman Lady Carolina y…
—Me refiero a este, nick.
Él lo sabía.
Estaba sonriendo para sí mismo.
Con el ceño fruncido, ella se puso de pie y se dirigió hacia la
popa para verlo.
Después, se irguió con una mirada atónita.
—¡Noche de Hong Kong! ¿Le pusiste a tu barco el nombre de una noche
de sexo?
—Había sido el mejor que había tenido en mi vida.
—Seguro que a Jasmine le encantó.
De manera instantánea, deseó no haber pronunciado aquellas
palabras. Sin embargo, la expresión de él no cambió, lo que le hizo pensar que
había dejado atrás su pasado.
—Nunca lo supo. Nadie. Fue mi secreto.
miley sintió una explosión de calor en su interior.
—¿Y tú?
—No. Aunque tengo una amiga a la que le gusta pronunciar la palabra
«Hong Kong» para ver la cara que pongo.
—¿Y qué cara pones?
—De pura satisfacción.
Se puso delante de él y se inclinó para darle un beso.
Su beso estaba cargado de pasión. Se notaba en la manera en que
delineaba el contorno de su boca, en la manera en la que introducía la lengua
entre sus labios, reproduciendo el baile que habían bailado juntos la noche
anterior.
nick sintió que se le tensaba el estómago. Deseaba tocarla,
acariciar todo su cuerpo; pero había demasiados barcos alrededor.
—¿Es ya la hora de irnos a casa? —preguntó él cuando ella se
separó.
La respiración de ella estaba tan entrecortada como la de él.
—Leva anclas, capitán. Y toma un atajo.
Aquella noche, en la terraza, bajo las estrella, miley estaba
en los brazos de nick, desnuda y exhausta después de haber hecho el amor. En
aquel momento, una estrella fugaz cruzó el firmamento.
—Piensa un deseo —dijo ella señalando hacia el cielo.
—No necesito deseos, estoy muy contento así. ¿Qué has deseado tú?
—Eso no se dice.
—¿Más secretos?
—¿Qué se supone que significa eso?
—Que me estás ocultando cosas, miley. No me importa de qué se
trata, pero sí que no tengas la suficiente confianza en mí para contármelas.
—No hay nada que contar.
Nada que importara, nada que fuera a evitar romper su corazón y el
de él.
Él la besó en la frente, sin responderle. Después, la acomodó entre
sus brazos, como si no hubieran dicho nada.
miley sentía un nudo terrible en la garganta. Se apretó a él
con fuerza, repitiendo mentalmente su deseo, aunque sabía que nunca se
cumpliría. Nada podía detener el tiempo...
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Termino maratón de esta nove
19 comentarios:
siguela prontoo yaaaa
ahhh siguela prontoo porfavorrr
ahhh siguelaaa prontiico noo sabes cuanto la ame espero ya el siguienteee
AHHH SIGUELA PRONTOO PORFAAS PORFAS AHHH ANDA SIIIIIII AHH MUERO SI DISCES QUE NOOOO
tienes que seguirla pronto siiii
ah siguela prontoooo porfiiss graciaaas
ahh siguela pronto porfavoor ahh
siguela yaaaaa
siguela prontoo plisssss
siguela prontoo porfas esta buenisisisimaa
AHH MAS MAS MAS MAS
Q
I
E
R
O
D= hahahha esperaba mas, bueno cumplieste el maraton hahah gracias Saris te quuiero, siguela prontooo
Wooooow me encanto esta super increible
ahhh que lindos que son cuando estan juntos pero qe pena que se va terminar pronto ya que tiene que irse de nuevo a cumplir con su trabajo.
Te quedo estupendo me fascino muy lindo
espero el siguiente pronto pleasee que esta interesante siii ;)
SIGUELA PRONTO SII SIGUELA PRONTO SIISIGUELA PRONTO SII SIGUELA PRONTO SII SIGUELA PRONTO SII SIGUELA PRONTO SII SIGUELA PRONTO SII SIGUELA PRONTO SII SIGUELA PRONTO SII SIGUELA PRONTO SII SIGUELA PRONTO SII SIGUELA PRONTO SII SIGUELA PRONTO SII SIGUELA PRONTO SII....
Al fin terminé con este maratón, no sabes cuánto me ha fascinado, amo esta novela, mucho, esta es mi favorita de las tuyas, esta y Almost lover
=D
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